El ex presidente de México Ernesto Zedillo reapareció en la conferencia virtual “Perspectivas económicas y el futuro de la tecnología en Latinoamérica”, organizada por la empresa multinacional NTT Data, en donde el ex mandatario lamentó que al mando de diferentes países de América Latina estén una “ola de gobernantes populistas e ineptos”.
Aunque evitó referirse a algún gobierno en específico, Ernesto Zedillo aprovechó el espacio también para expresar su inconformidad respecto al manejo de la pandemia en esta región del mundo, pues desde su perspectiva fue un “desastre latinoamericano”. A su vez, puntualizó que era de esperarse que países latinoamericanos presentaran los mayores índices de mortalidad y morbilidad en 2020.
“Esperemos que la ola de gobernantes populistas e ineptos que están sufriendo un buen número de países latinoamericanos sea seguida, gracias a la democracia que, aunque dañada aún tenemos, de liderazgos decididos y capaces de hacer lo necesario para que nuestras naciones se encausen firmemente en el camino del desarrollo y la superación de nuestros rezagos históricos”, comentó el ex presidente de México.
Del mismo modo, el político y economista mexicano criticó la decisión de gobiernos latinoamericanos de frenar y revertir reformas estructurales adoptadas en el pasado y que podrían impulsar el desarrollo económico en los países latinoamericanos.
“Contrario a lo que proclaman gobernantes populistas, la causa del pobre desempeño de las economías latinoamericanas en años recientes no se encuentra en las reformas de fines del siglo XX y principios del siglo XXI. En realidad el problema con nuestros países no es que tuvieran reformas, el problema es que éstas nunca fueron los suficientemente completas en sus objetivos ni en su ejecución”, explicó el ex mandatario.
Ernesto Zedillo aseguró que las reformas estructurales se han enfrentado a la resistencia puesta por parte de quienes acaparan el poder político y económico de las naciones. Así como que las mismas “al no haberse explicado, deliberado y justificado suficientemente, han carecido del apoyo político de la generalidad de los ciudadanos”.
Si bien el ex presidente Ernesto Zedillo no habló de ningún gobierno o situación en específico su discurso evocó al caso de la Reforma Energética impulsada por el también ex presidente Enrique Peña Nieto en el año 2013.
En repetidas ocasiones, Andrés Manuel López Obrador ha mostrado su intención de frenar la reforma estructural en materia energética que el ex presidente Peña Nieto presentó durante inicios de su mandato en el paquete de iniciativas conocido como “Pacto por México”.
Al respecto, Andrés Manuel López Obrador presentó su llamada Reforma Eléctrica misma que sigue siendo evaluada y debatida por los riesgos que al aprobarla se pueden derivar no solo para el sector económico del país sino también para el medio ambiente.
No obstante, para Ernesto Zedillo la solución a este problema recae en el apoyo que se le de a estas reformas estructurales y en la resistencia puesta ante los intereses creados.
“Nuestras sociedades necesitan percibir con certeza y confianza lo que se ofrece a cambio del esfuerzo para lograr la productividad y la legalidad que daría sustento a un crecimiento económico muy por encima del que ahora puede anticiparse para el mediano y largo plazo”, puntualizó el ex presidente de México, Ernesto Zedillo.
Ernesto Zedillo Ponce de León fue presidente de México desde el primero de diciembre de 1994 hasta el 30 de noviembre del año 2000. Sucesor de Carlos Salinas de Gortari, cuando asumió el puesto de líder del Ejecutivo en México, el mandatario recibió al país en medio de una crisis económica y disturbios sociales como el movimiento zapatista o el asesinato del candidato Luis Donaldo Colosio.
Su estrategia de política interna consistió en crear un Plan Nacional de Desarrollo (1195-200) el cual, entre muchas otras iniciativas, contemplaba importantes cambios plasmados en su Reforma Electoral. Sin embargo, en el sector económico, ante el deterioro de reservas internacionales del Banco de México en aquella época, su gobierno anunció una devaluación del peso frente al dólar del 15%.
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