El caos de la Revolución Mexicana trajo consigo una cadena de traiciones, rencores y riñas que desembocaron en la guerra de facciones con el resto de caudillos. Y a pesar de que el panorama resultaba desolador ante los ojos de la sociedad de aquel siglo, nadie esperaba la llegada de buques norteamericanos al puerto de Veracruz.
La entidad fue tomada por las fuerzas estadounidenses en abril de 1914 como un intento de derrocar al asesino de Madero. Pero este movimiento fue mal visto por los mexicanos, que se alistaban en el ejército para combatir a los extranjeros invasores que anteriormente habían robado ya medio territorio y causado tanta mella.
Sin embargo, Huerta aprovechó este episodio de orgullo patriótico para llevar a los nuevos voluntarios en contra de los revolucionarios. ¿Pero qué motivó la invasión extranjera en el puerto?
El hecho principal sucedió el 9 de abril de 1914. Hubo un malentendido en el puerto de Tampico entre las fuerzas federales y unos soldados estadounidenses que se habían detenido a cargar combustible. Los militares mexicanos habían cerrado el acceso a cualquier visitante debido a que estaban llevando a cabo operaciones militares, razón por la que arrestaron a los extranjeros.
Los norteamericanos exigieron disculpas a los soldados ante la “afrenta” y pidieron al gobierno de México que se izara y saludara la bandera del vecino del norte en señal de arrepentimiento. Huerta se negó a esto último argumentando que sus hombres habían actuado conforme a la ley militar y no habían incurrido en ninguna falta.
Las exigencias siguieron, pues se aludió que los soldados habían sido arrestados en territorio estadounidense, ya que se encontraban en un bote con la bandera norteamericana.
Esto fue utilizado como pretexto para invadir territorio mexicano y el día 14 de abril, el presidente Thomas Woodrow Wilson ordenó que 4 transportes de tropa, 7 barcos de guerra y una flotilla de destroyers partiera de la base naval de Hampton Roads hacia aguas mexicanas, de acuerdo con el artículo Intervencionismo norteamericano y amenazas 1914-1919: la invasión que no fue escrito por Juan González Morfín.
Se dice también que Wilson fue impulsado por su visión maniquea, por lo que “él mismo se sentía llamado a poner orden en aquellos lugares, especialmente de América, donde privara la anarquía o la injusticia”, de acuerdo con González Morfín. Además esto asentaría el control en la región americana del vecino del norte.
Por lo anterior, desconocieron al gobierno de Huerta y comenzaron a apoyar al general constitucionalista Venustiano Carranza, quien se había comprometido a restablecer el orden. Desde que Huerta había tomado el poder de forma “legal”, el gobierno de los Estados Unidos se pronunció en contra de su cruenta llegada al poder.
Otro de los motivos que se utilizaron para que los buques de EEUU arribaran al puerto veracruzano fue por la presunta entrada de armas japonesas a territorio mexicano. Durante el periodo de Victoriano Huerta se hicieron negociaciones con la empresa Mitsui Bussan las cuales ya habían comenzado durante la presidencia de Francisco I. Madero. La negociación fue mal vista por el gobierno estadounidense.
Victoriano Huerta mandó como responsable a Félix Díaz al ser nombrado cónsul en Japón, y también comisionó al general Manuel Mondragón a Europa como observador militar.
Este movimiento tenía dos objetivos: alejar a los principales conspiradores de la Decena Trágica del escenario político y aprovechar su ausencia para continuar con la adquisición de armas japonesas para el ejército federal. Sin embargo, las armas no llegaron a manos del gobierno y tras confusiones internacionales, se cree que llegaron a Francisco Villa.
La invasión de Estados Unidos fue combatida, mas no repelida y el 21 de abril el puerto fue tomado por las fuerzas armadas norteamericanas. Huerta se vio presionado por el avance de los villistas y constitucionalistas en el norte y los zapatistas en el sur: la cereza del pastel fueron los estadounidenses.
De ahí que renunció a la presidencia en julio del mismo año. Carranza también se manifestó en contra del arribo extranjero y exhortó a los estadounidenses a salir de Veracruz, quienes se retiraron siete meses después de su llegada, en noviembre.
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