Luis Aguilar y Pedro Infante en muchas ocasiones fueron comparados por su estilo al cantar y arreglarse, lo cual motivó a que el Gallo Giro fuera la primera persona en que los cineastas pensaran para suplir al sinaloense.
Pedro Infante se convirtió en uno de los actores mas codiciados dentro de la Época de Oro del cine mexicano, y se sabe que a su muerte quedaron muchos proyectos inconclusos, pues tenía contratos en México y el extranjero, ya sea como histrión o como cantante.
Al fallecimiento de Infante, cineastas tuvieron que encontrar un artista que tuviera sus mismos dotes, como fue el caso de Rogelio A. González para Ando volando bajo, película que habría tenido que salir en 1957.
A.T.M. ¡A Toda Máquina! fue una de las películas más exitosas del Ídolo del Pueblo, inclusive fue posicionada en la posición 55 la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, realizada por la revista Somos con un equipo de críticos del cine.
En esta película Luis Aguilar y Pedro eran un par de amigos (Pedro Chávez y Luis Macías), integrantes del Escuadrón de Motociclistas de Tránsito, pues era un homenaje Escuadrón de la Policía de Tránsito de la Ciudad de México, con la que se buscó dar una buena imagen de la policía mexicana.
A pesar de que existió el riesgo de que el protagonista de Pepe El Toro tuviera más espacio en la pantalla que su compañero, Aguilar aceptó estar en la película porque él veía como una gran oportunidad poder actuar junto a una de las más importantes estrellas de entonces.
Ismael logró que sus dos protagonistas tuvieran el mismo impacto en el público y fue un gran éxito, pues era una de las primeras veces en que se lograba tener al sinaloense al mismo nivel que alguno de sus colegas.
Los temas musicales que interpretaron los dos histriones en la cinta, así como todas las acrobacias, la buena química y la trama, cautivaron al público al punto en que el director y productor, planeó su continuación.
La secuela fue ¿Qué te ha dado esa mujer?, filme que también fue bien recibido por la crítica y el público, pues era el regreso de una de los duetos más exitosos del cine de aquella época.
Las dos películas hicieron que se viera como posible la creación de una tercera parte de la historia de Pedro Chávez y Luis Macías, pero bajo la dirección de Rogelio A. González, uno de los cineastas más cercanos al sinaloense.
No obstante, a la muerte de Pedro Infante el 15 de abril de 1957, de tuvo que buscar rápidamente su reemplazo y se modificó en gran parte la historia.
Luis Aguilar fue el elegido para tomar el papel que el sinaloense tendría, pues era la mejor opción y ya conocía el personaje. Quien tomó el lugar de Aguilar fue Pedro Armendáriz, así la dupla podría seguir en pie. Sin embargo Ando volando bajo no pudo tener el mismo impacto que las otras dos cintas de la trilogía.
Se sabe que Pedro Infante y Luis no llegaron a tener la mejor de las relaciones, pues les fue imposible ser amigos, porque el Ídolo de Guamúchil habría sido una persona reservada en ese entonces y prefería pasar sus descansos solo, divirtiéndose por la ciudad, dando vueltas con alguna de las Harley-Davinson. No obstante, los cantantes tenían una muy buena química en la pantalla grande.
Después de haber trabajado juntos, ambos se expresaron bien del otro, inclusive, Luis en varias ocasiones manifestó la admiración que sentía con Pedro.
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