En el marco conmemorativo del día mundial de la mujer, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó el estudio “La COVID-19 y su impacto en las mujeres en México”, en donde destacaron diversos fenómenos presentados durante el 2021 en relación a la experiencia vivida durante el confinamiento y el inicio de la reactivación económica.
De acuerdo con lo observado, las mujeres en México enfrentaron diversos retos que los hombres no. En aspectos como el ejercicio de la violencia, acceso a la salud o el mundo laboral formal se manifestaron sistemas de inequidad y precariedad, por lo que el instituto dirigido por Graciela Márquez cuantificó estas diferencias.
Una de las primeras cosas que marcó la pandemia fue la salida de las mujeres del mercado laboral: “4 de cada 10 mujeres de 15 años y más son económicamente activas (están trabajando o buscando trabajo)”. Esto porque si bien, desde antes de la pandemia ya había una marcada diferencia en la participación de mujeres y hombres, como consecuencia inmediata de esta contingencia sanitaria, se presentó un aumento de 2.7 millones de mujeres en la Población No Económicamente Activa (PNEA).
La salida del mercado laboral en el ramo formal tuvo un impacto directo en la Tasa de Informalidad Laboral 1 (TIL 1), pues al persistir las necesidades de satisfacer hábitos de consumo y servicios básicos, pero la reducción de la contratación laboral a empresas, las mujeres en edad laboral optaron por autoemplearse.
“Previo a la pandemia, en el primer trimestre de 2020, la TIL 1 de las mujeres era de 56.7%, mientras que al cierre del segundo trimestre 2020 presentó una disminución de 7.1%, que representa a 3.5 millones de mujeres”
En el sector Salud, señaló que las mujeres mostraron un acceso mayor a éstos, pues en 2020, el 75% de las mujeres y 71.9% de los hombres estaban afiliados a alguna institución de salud, lo cual deja una diferencia favorable a las mujeres del 3.1 por ciento. De igual modo, los decesos mostraron una tendencia mayor en hombres.
Entre enero y junio de 2021 se contabilizaron un total de 579 mil 256 defunciones; 110 mil 258 más que las registradas en el mismo período del año 2020. De los fallecimientos ocurridos en el primer semestre de 2021, casi el 42% corresponden a mujeres; enero fue el mes que presentó el mayor número de defunciones, con 162 mil 734 casos (28.1%), pero de entre enero y junio de ese año, la COVID-19 fue la principal causa de muerte de las mujeres (38 mil 496).
No obstante, en materia de seguridad y violencia, el Inegi atrajo números que revelan un acoso sistemático y normalizado contra las mujeres, pues en la percepción social sobre inseguridad pública de las mujeres a nivel nacional, se señaló que el 70.3% de las mujeres se siente en riesgo en el lugar en el que vive, lo que es un 10.1% más que la percepción masculina, misma que marcó 60.2 por ciento.
Aunado a esto, se indicó que las mujeres suelen ser víctimas de violencia al interior del hogar y, a pesar de que existe el paradigma de que el principal agresor es el esposo, novio o cónyuge, aún antes de salir del primer núcleo familiar, las mujeres sufren agresiones por parte de su familia consanguínea.
“En los últimos 12 meses, 10.3% de las mujeres fue víctima de algún acto violento por parte de algún integrante de su familia, sin considerar al esposo o pareja. En el mismo periodo, el 8.1% de las mujeres experimentó violencia emocional”
Además, las agresiones se pueden dar de muchas maneras, ya que pueden ser desde insultos hasta violaciones, por lo que el Inegi señaló que “en el ámbito familiar, los agresores más señalados son los hermanos, el padre y la madre. Los principales agresores sexuales son los tíos y los primos. En promedio, cada mujer declaró 1.6 agresores”.
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