Rafael Caro Quintero, el narcotraficante más buscado por la DEA, estaría detrás de los recientes hechos violentos en Sonora.
El pasado lunes, la célula “La Plaza”, alineada con el Narco de Narcos, colgó el cadáver de un hombre (y una narcomanta) en un puente de Hermosillo, el cual fue avistado por automovilistas que circulaban por la carretera Libramiento Federal a la altura del kilómetro 229.
Medios locales aseguraron que el mensaje impreso en la lona era idéntico al que se había dejado en otros puntos del estado las primeras horas de la mañana del 7 de marzo. En la comunidad de San Carlos, así como en la cabecera municipal de Guaymas, se encontraron cuerpos y narcomantas con el mismo mensaje que la ubicada en Hermosillo.
De acuerdo con información publicada en redes sociales, la organización criminal conocida como La Plaza habría firmado el mensaje en el cual acusó a varios mandos policiales estatales y de la FGJ de haber pactado con Los Salazar del Cártel de Sinaloa, una de las bandas delictivas con las que se disputan territorio en Sonora.
El martes la Fiscalía de Sonora identificó los tres cadáveres abandonados en Guaymas y el colgado de un puente en Hermosillo. Claudia Indira Contreras Córdova, fiscal del estado, confirmó que se trata de Édgar Omar, Rodrigo y Ángel Gabriel, quienes cuentan con antecedentes penales por diversos delitos. El primero de ellos fue interrogado por sicarios y el video difundido en redes.
Édgar Omar, de 32 años, vivía en Empalme. Su cadáver estaba suspendido en el Puente de Libramiento de la Carretera Internacional, salida Sur de Hermosillo. Esta persona estaba registrada por diversos asaltos y robos de vehículo entre 2011 y 2014.
Sobre este último fue difundida una grabación donde menciona su nombre, se identifica en Guaymas y, presuntamente, confiesa que conoció a Raúl Eduardo Estrada, el Wimpi, mientras se encontraba en un centro de rehabilitación en Nogales. Dijo que ambos fumaban crystal y tras viajar al puerto fue reclutado en el hotel Armida.
“Me comentaron que venían a hacer jales y a calentar la plaza aquí a Guaymas, que eran de la mafia de los Salazares”, indicó sobre su incorporación al brazo armado del Cártel de Sinaloa. Añadió que el jefe de sicarios de Nogales es César López, el M1, encargado de traficar cargamentos desde Navojoa.
Ambos cadáveres localizados en el municipio de Guaymas fueron encontrados envueltos en cobijas y presentaban evidentes signos de tortura previo a su ejecución. Sus familiares reconocieron los cuerpos.
Rodrigo, el Catrín y/o el Chino, de 67 años, se encontraba a espaldas de un gimnasio en la colonia 29 de Noviembre. Mientras que Ángel Gabriel, el Chuka, de 26, estaba en las Delicias. Los dos contaban con registros criminales por portación de arma de fuego y del fuero federal.
Jóvenes de una preparatoria grabaron uno de los cuerpos tendidos sobre la calle, encobijado y frente a sus instalaciones escolares. Los narcomensajes contenían amenazas a mandos policiales y a la misma fiscal, a quienes acusaron de beneficiar a los Salazar.
Estos hechos se producen en un momento en que la organización de Caro Quintero está cometiendo asesinatos en todo el estado mientras lucha contra grupos vinculados al Cártel de Sinaloa, en particular los hijos del Chapo Guzmán. El gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, publica continuamente en las redes sociales sobre los esfuerzos de los funcionarios para restaurar la paz; sin embargo, los cárteles rivales continúan su guerra territorial sin demasiada interferencia.
Caro Quintero fue uno de los principales líderes del Cártel de Guadalajara y pasó años en prisión por su papel en el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena en 1985. Sin embargo, un juez mexicano liberó a Quintero en 2013 y no le dio a Estados Unidos la oportunidad de solicitar la extradición. Desde su liberación, el capo de la droga volvió al negocio y se instaló en Sonora, donde montó su propia organización. Actualmente es el objetivo número uno de la lista de los 10 fugitivos más buscados por la DEA.
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