Muchas son las mujeres que han desempeñado un papel fundamental en la historia de la lucha por la libertad femenina: desde Olympe de Gouges, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana tras la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII; hasta Ángela Davis, actual activista antirracista autora del libro Mujeres, raza y clase; pasando por la famosa filósofa feminista Simone de Beauvoir.
Hoy, el movimiento por la igualdad entre hombres y mujeres se ha diversificado y no solo está más vivo que nunca, también están generando una serie de fuertes manifestaciones a nivel internacional que han trascendido sobremanera hacia las esferas culturales, políticas y económicas del mundo contemporáneo. El 8 de marzo, bien ejemplifica esta situación.
Coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer, en 1975 las Naciones Unidas celebraron por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo y posteriormente fue proclamado por la Asamblea en 1977. Sin embargo, la conmemoración de este día ya tenía lugar antes de ser reconocida oficialmente por la ONU. Sus orígenes se encuentran en la lucha socialista de las mujeres trabajadoras tanto Estados Unidos como en Europa.
La Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas llevada a cabo en Copenhague, Dinamarca en 1910, fue testigo del llamado que impulsaría el que hoy es una fecha para los movimientos feministas en el mundo.
“Para impulsar la emancipación política de la mujer es deber de las mujeres socialistas de todos los países, agitar infatigablemente entre las masas trabajadoras (...) ilustrarlas con discursos y literatura sobre la necesidad social y la importancia de la emancipación política del sexo femenino y aprovechar, por tanto, toda oportunidad de hacerlo”, reza en su inicio la Proclamación del Día Internacional de la Mujer. La oradora, Clara Zetkin.
Clara Eissner, nació en Windereu, Alemania en 1857. Estudio para profesora en Leipzig donde conoció a Osip Zetkin, su futuro marido de quien tomaría el apellido. Fue una maestra, oradora, periodista y revolucionaria precursora del feminismo, dedicada en su lucha por la paz mundial y los derechos de los trabajadores.
Desde temprana edad, la joven Clara mostró un despertar de conciencia social que la llevó a unirse al Partido Social Demócrata (PSD) a sus 20 años, en una época en la cual las mujeres todavía tenían prohibido participar en la política. El PSD, después sería prohibido por Otto von Bismarck (ex canciller del imperio alemán) provocando la huida de Clara.
En el exilio adquirió la formación y la experiencia que la llevarían a convertirse en una importante figura del movimiento de mujeres. Ella, revelándose contra muchos socialistas del momento, veía una relación muy estrecha entre la “cuestión femenina” y la “cuestión social”, es por eso que su activismo se basó en la pugna por la justicia salarial, el derecho al voto y la organización de las trabajadoras.
En 1890 regresó a Alemania y dos años después, comenzó a dirigir La igualdad (Die Gleichheit), la primera revista constituida exclusivamente por mujeres socialistas en el país, la cual se mantuvo en circulación por 25 años.
Será a sus 50 años que Clara ayudaría a organizar la Primera Conferencia Internacional de Mujeres, como parte de las sesiones del Congreso de Struttgart (reuniones que tenían como fin trabajar por la emancipación de los trabajadores). Pero fue en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres que propuso la instauración de un día específico para difundir “propaganda” en todo el mundo sobre el sufragio femenino e ilustrar a las mujeres en sus derechos civiles.
“Se debe proclamar y sustanciar en la manifestación anual del Primero de Mayo la solicitud de plena igualdad política de los sexos (...) Las mujeres socialistas de todas las nacionalidades, deben organizar cada año un Día de la Mujer, el cual, ante todo, tiene que promover la agitación por el sufragio femenino (...) debe tener un carácter internacional y debe ser preparado cuidadosamente” (Fragmento de la Proclamación del Día Internacional de la Mujer)
La propuesta fue aprobada con entusiasmo por más de 100 delegadas de 17 países y el 19 de marzo de 1911 se conmemoró por primera vez en Berlín, el Día Internacional de las Mujeres con más de 30 mil manifestantes.
El hecho de que el 8 de marzo haya sido la fecha elegida para estos propósitos, no se debe a un suceso ocurrido específicamente aquel día. Algunas historiadoras como Liliane Kandel y Fracois Picq descartan esa posibilidad. Postulan más bien, que la fecha tenía relación con las protestas de mujeres sindicalistas en las fábricas de Nueva York durante los años 1850 y 1860 convocadas en los meses de marzo.
A pesar de que ya había antecedentes de un movimiento amplio y de que las jornadas del Woman’s Day (cuyo objetivo era hacer campaña sobre el sufragio y contra la esclavitud sexual) eran celebradas desde 1908 por las socialistas norteamericanas, Zetkin y sus compañeras del PSD, fueron quienes lo instauraron como una fecha mundialmente relevante.
A lo largo de toda su vida, la socialista alemana siguió peleando por las libertades de las mujeres trabajadoras, hasta los 75 años. El 30 de agosto de 1932, luego de que el Reichstag alemán abriera sus sesiones con el nacismo como primera fuerza política, recitó el último discurso de su vida en el Parlamento alemán. Frente a los nazis, que más de una vez la abuchearon, llamó a la unión de la clase trabajadora, los jóvenes y las mujeres para combatir juntos el fascismo.
Clara Zetkin murió al año siguiente, un 20 de junio en la ahora extinta Unión Soviética. Su fallecimiento representó un golpe duro al movimiento revolucionario y feminista mundial.
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