El tema del agua es uno de los que más interesa en el mundo pues conforme crece la población el recurso comienza a ser más necesario. En ese orden, nacen iniciativas para su protección, purificación, reutilización, entre otros, en donde también preocupa y destaca el uso que le dan las industrias.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en el siglo XX la población mundial se multiplicó tres veces, en tanto que las extracciones de agua crecieron seis veces, lo que se ha traducido en el incremento en el grado de presión sobre los recursos hídricos.
El principal uso del agua a nivel mundial según estimaciones de la FAO es el agrícola con el 70 por ciento. En México, según datos de Conagua recogidos en 2017 es el 76 por ciento para el rubro de riego de cultivos.
A nivel nacional, en segundo lugar se encuentra el Abastecimiento público (14%), usado para distribuir a través de redes de agua potable a domicilios, industrias y a todos los que estén conectados a esas redes. En seguida está la industria de las Termoeléctricas (5%) que utiliza agua para producir electricidad y ocupando el mismo puesto está la Industria Autoabastecida (5%), que se refiere a las empresas que toman el agua directamente de los ríos, arroyos, lagos y acuíferos del país.
Datos del 2018 de la Comisión, indican que el sector agrícola y ganadero también es el que más desperdicia agua, pues del 57% del total usado se pierde principalmente por infraestructuras de riego ineficientes que se encuentran en mal estado, son obsoletas o tienen fugas.
Es de apuntar que el tratamiento de las aguas es un aspecto importante, pues según Conagua, hasta 2017 el 53% del líquido tenía condiciones excelentes. La otra mitad se dividía en: buena calidad 12.9%, aceptable 23.0%, contaminada 7.0% y fuertemente contaminada 3.5 por ciento.
Según el Banco Mundial, una vez tratadas las aguas residuales se pueden usar para riego, procesos industriales o fines recreativos, así como productos derivados como energía, es decir, en las principales industrias que la usan: agricultura, termoeléctricas y abastecimiento público.
La Conagua señala que la meta para el 2030 es que haya acceso universal y equitativo al agua potable, a un precio asequible para todos.
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