Dos reclusos del Centro de Reinserción Social (Cereso) de San Miguel, en Puebla, fallecieron tras la ingesta de alcohol adulterado presuntamente preparado en las instalaciones del penal, el pasado 26 de febrero.
De acuerdo con un comunicado en su cuenta de Twitter de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal, las víctimas mortales se identificaron como José Guadalupe “N” y Eduardo “N”. En tanto, un interno más, Juan Pablo “N”, se mantiene hospitalizado tras presentar malestares.
A pesar del testimonio de uno de ellos en el cual se indicó que la preparación de la sustancia se efectuó dentro del Centro Penitenciario, así como el dictamen médico que apuntó a lo mismo, la dependencia señaló que la declaración aún deberá corroborarse por el Ministerio Público.
“Los dictámenes médicos señalaron que estas personas presentaban intoxicación por ingesta de alcohol etílico, situación que deberá ser corroborada por las autoridades correspondientes”.
Esto, una vez más, reafirma la deficiencia y negligencia del centro poblano en el cual, el pasado 10 de enero, se localizó el cadáver del bebé Tadeo en uno de los contenedores de basura, en el área de los talacheros (reclusos que apoyan a custodios a sacar los desechos).
El hecho causó indignación a lo largo del país por las incógnitas generadas: ¿Quién lo introdujo? ¿Cuál fue el propósito? ¿Quienes participaron en el acto? ¿Cómo ingresó al penal?
Sin embargo, el macabro hallazgo fue agravándose conforme las autoridades de Puebla publicaban más información del menor, siendo una de éstas la confirmación de que el pequeño de tres meses había sido exhumado de uno de los panteones de la Ciudad de México (CDMX).
Con el avance de las indagaciones, posteriormente se reveló que el bebé Tadeo - como fue identificado - había fallecido por problemas intestinales a penas cinco días antes de su exhumación de un cementero de la alcaldía Iztapalapa.
Así lo anunció el fiscal de Puebla, Gilberto Higuera, en conferencia de prensa donde, además, confirmó el parentesco con la pareja que se presentó a denunciar ante las autoridades ministeriales y que, el 22 de enero, volvió a dar sepultura al bebé; descartó la extracción de alguno de sus órganos.
Bajo ese tenor, y en un ejercicio de rendición de cuentas, el Subsecretario de Seguridad Federal, Ricardo Mejía Berdeja, confirmó el aseguramiento de 22 personas vinculadas por el caso; siendo el más reciente el efectuada el 05 de febrero de cinco presuntos responsables de introducir el cuerpo del menor con la intención de “desestabilizarlo”.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla, Nadia Carolina “N” habría llevado el cuerpo al centro, donde fue recibida por los custodios Jessica “N” y Gerardo “N”, señalados por cooperar en las estrategias para el ingreso.
Posteriormente, los internos Sergio “N” y Antonio “N” habrían manipulado el cuerpo sin vida; se presume que este último fue quien giró las órdenes de introducir al menor.
Asimismo, Mejía Berdeja destacó que 17 imputados ejercían como servidores públicos del Penal de San Miguel: a todos se les vinculó por presunto incumplimiento de su deber y, sólo tres de ellos, por el presunto delito de encubrimiento.
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