Apenas el presidente de Rusia, Vladimir Putin, hizo el anuncio la madrugada de este jueves (horario ruso) de la puesta en marcha de una “operación especial militar” en territorios ucranianos, que en la lectura global ha significado la invasión y el ataque a Ucrania, la economía mundial sufrió un grave revés. El precio del petróleo Brent superó el costo de USD 100 por barril, algo que no pasaba desde hace siete años. Mientras que hay una seria preocupación por el gas, recurso cuyo principal proveedor en Europa es precisamente Rusia. Y aunque no sea protagonista en el conflicto, las conscuencias de este alcanzan a repercutir en México.
“Para Petróleos Mexicanos (Pemex) siempre tiene una implicación positiva el que los precios del petróleo para su expotación se encuentren por arriba de lo estimado en el paquete económico 2022, que son USD 55 por barril”, comentó a Infobae el analista energético Arturo Carranza, destacando que en el último corte, los precios por barril de la mezvla mexicana para exportación rondaban ya los USD 90, costos que llegan a rebasar los máximos alcanzados previamente. “Son más atarctivos los proyectos de exploraciòn y producción cuando los precios del petróleo tienden a incrementarse”
Mientras que respecto al gas, un analista de bancario suizo Swissquote recordaba que el precio energético “ya es un gran quebradero de cabeza para Europa, porque el 40% de su gas natural y el 30% de su petróleo proceden de Rusia”.
Precisamente, Martha Bárcena Coqui, quien ha sido embajadora de México en Estados Unidos, Turquía y Dinamarca, explicaba a principios de este mes a Infobae que, tomando en cuenta que los rusos son los principales proveedores de gas en la región europea el conflicto propiciaría que el suministro quede a cargo de EEUU, principal exportador del llamado gas natural licuado. Y eso apuntaría a un aumento de precios para México, que importa de su vecino del norte cerca del 70% de sus necesidades de gas natural.
“El impacto para los mercados de Norteamérica no ha sido tan contudente”, señalando que en esa región los precios son más bajos ya que la oferta del recurso es más amplia que en Europa”, indicó Carranza, encontrando en la situación, incluso, una oportunidad para incrementar la producción de la energía hidroeléctrica en México.
En general, el especialista energético descartó que México note de manera inmedia la subida en los precios del gas como sí se nota ya el de los precios del petróleo.
La respuesta del gobierno mexicano
Y tanto preocupa a México ese tema que este 24 de febrero el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se pronunció asegurando que su gobierno ya cuenta con un plan para mitigar los estragos económicos del conflicto y así recursos como el gas y la energía eléctrica no aumenten su precio.
“Estamos nosotros desde hace algún tiempo preparados para que, si nos aumenta mucho el precio del gas, la importación, podamos echar a andar todas las plantas de generación de energía eléctrica que no requieren gas para evitar el aumento en los costos de la energía eléctrica”, sostuvo el mandatario detallando que, respecto a la gasolina, existe configurado un apoyo gubernamental al recurso, el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), “de modo que, aunque aumente el precio de importación o del petróleo crudo, que eso no se traslade a los consumidores, que no aumente por encima de la inflación”.
Dicho sea de paso, el presidente mexicano reiteró que su nación se mantendría en la misma postura diplomática que hasta ahora ha respaldado: “No estamos a favor de ninguna guerra. México es un país que siempre se ha pronunciado por la paz y por la solución pacífica de las controversias”. Y aunque la representación diplomática de Kiev en México ya le pidió romper relaciones con el Kremlin en solidaridad con ellos, el canciller Marcelo Ebrard dejó claro este jueves: “Nosotros mantenemos las relaciones con Rusia”.
Qué ocurrió para llegar a este punto
Ucrania solía ser parte de la Unión Soviética hasta hace unas tres décadas cuando esta se disolvió y dicho país obtuvo su independencia. Aún así, durante los años venideros esa nación llevaba lazos fuertemente entrelazados con Rusia. Pero en 2014, el país liderado por Putin fue señalado de propiciar una rebelión separatista en el oriente ucraniano, que resultó en la anexión de la Península de Crimea a su territorio.
Desde entonces las relaciones fueron tensas entre ambos países. En las últimas semanas empezó a correr la sospecha de que Rusia atacaría Ucrania, ya que estaba desplegando sus tropas en los alrededores. Pero el Kremlin decía que era en prevención de la supuesta amenaza de ataques ucranianos con posible soporte de la OTAN. Luego, el conflicto se intensificó cuando Putin reconoció los territorios ucranianos de Donetsk y Lugansk como zonas independientes.
Así, la madrugada de este jueves 24 de febrero, (noche del miércoles en el continente americano), Rusia decidió, sin tener un sola provocación, atacar varias ciudades de Ucrania. Las explosiones se registraron en ciudades como Kiev, Kharkiv, Odessa, Mariúpol o Dnipro.
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