El periodista, Carlos Loret de Mola, ha vuelto a abrir otro capítulo del escándalo de la “casa gris” que inculpa por presunto conflicto de interés a José Ramón López Beltrán, hijo del presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
El pasado 05 de febrero, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) reveló que Baker Hughes habría recibido USD 194 millones por asignaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante los primeros cinco meses en los que José Ramón y su familia habitaron la mansión del ex ejecutivo, Keith Schilling.
A pesar que la empresa estadunidense posteriormente negó los supuestos actos de corrupción con el primogénito del tabasqueño, Loret de Mola refrendó la acusación al revelar que un tío y un amigo íntimo de la familia López Beltrán habrían sido claves para la concesión de los millonarios acuerdos.
Según lo planteado en columna para El Universal, el familiar se trataría de José Eduardo Beltrán Hernández, alias El Chelalo, quien, en sus funciones como consejero independiente de Pemex, habría gestionado “sin estudios ni justificación” la ampliación de los contatos a Baker Hughes.
“El Chelalo comparte el apellido Beltrán con los hijos del presidente porque es, en efecto, su tío. Según fuentes oficiales, el consejero Beltrán Hernández fue activo impulsor de ampliarle los contratos a Baker Hughes en 2019″.
En tanto, para el “amigo de toda la vida” se señala a Abraham David Alipi Mena, actual director del Centro Nacional de Control de Gas Natural (CENEGAS) y gran cercano de Andrés Manuel López Beltrán, Andy, el segundo hijo de López Obrador.
Previo a su actual cargo, Alipi Mena se desempeñó dentro de Pemex Exploración y Producción (PEP), área donde “se mueve más dinero de la paraestatal “ y a la cual, según Loret, ingresó gracias a la influencia de Andy - y tras la salida del ex titular, Miguel Ángel Lozada Aguilar, por corrupción en 2019.
Esto, destacó, poco después de que el Jefe del Ejecutivo lo exonerara por un escándalo - también - de lujos por viajar al Super Bowl del 2020 en el avión privado de unos empresarios contratistas de Pemex: “Claro, lo conoce desde hace años, es uno de los mejores amigos de su hijo”, aseveró el columnista.
“Pero eso sí, el presidente insisten en que ‘en este gobierno no tienen influencia mis hijos’”.
De esa manera, la nueva acusación de Carlos Loret de Mola volvería a poner en duda el discurso de “no influyentismo” que el presidente mexicano, aseveró, ha pregonado en su precampaña, gobierno y familia.
Ante los señalamientos por un presunto vínculo entre Pemex y Baker Hughes, el 21 de febrero Bob Pérez, vicepresidente de esta última en México y Latinoamérica, aseguró que la compañía estadounidense nunca tuvo un trato directo con la mexicana, ni con ningún funcionario del Gobierno morenista.
Esta determinación, detalló, derivó de una investigación interna que Hughes inició con apoyo del ente independiente y especialista en inteligencia corporativa, McConnell Group.
Es así que, además de descartar el supuesto conflicto de interés, Pérez aclaró que Schilling, arrendatario del inmueble, no tuvo contacto con los negocios en México, pues él se desempeñaba en el departamento de Norteamérica, el cual es ajeno a las operaciones de la zona latinoamericana, donde se halla México.
Tras el posicionamiento, el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, aseveró que, por órdenes de AMLO, este análisis se pondrá a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR) la cual, horas antes del mensaje, abrió una investigación en contra de José Ramón y su esposa, Carolyn Adams.
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