El dolor de muelas que “llevó” a Porfirio Díaz al exilio en Francia

El exmandatario duró en el poder por más de 30 años y fue derrocado por Francisco I. Madero en 1911

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Porfirio Díaz tuvo un gran dolor de muelas que no pudo atender de forma adecuada debido a la precaria situación médica en México (Foto: Especial)
Porfirio Díaz tuvo un gran dolor de muelas que no pudo atender de forma adecuada debido a la precaria situación médica en México (Foto: Especial)

Porfirio Díaz fue una persona dura. La vida castrense y los años de guerra endurecieron su carácter, que para los días finales de su régimen se volvió mas intransigente. Francisco I. Madero al entrevistarse con Díaz en su casa en la calle de Cadena no. 8, lo describió como una persona decrepita y sin vitalidad.

A pesar de ello, el mandatario actuó con cierta prudencia cuando el 24 de mayo de 1911 varios capitalinos enfurecidos afuera de su casa gritaban en su contra y decidió no reprimirlos tan duramente para que la situación no fuera insostenible.

Sin embargo, también se dice que el dictador no se encontraba de humor debido a una dolencia que le aquejaba desde meses antes. Uno que su esposa Carmen Romero Rubio trató con todo tipo de menjurjes hasta que fue demasiado tarde: Díaz sufrió un dolor de muelas tremendo que casualmente aumentó en la víspera de su renuncia

Díaz era ya víctima de varios padecimientos debido a su avanzada edad: tenía una ligera sordera y arterioesclerosis. Además del desgaste de la edad causada por sus duras campañas casi consecutivas en la Guerra de Reforma y la Segunda Intervención Francesa que seguramente lo desgastaron de forma increíble. A estos se sumó el dolor bucal causado por una muela infectada y postemillas que invadieron su boca por una mala higiene.

Durante el tumulto que se armó frente a su casa, Porfirio permaneció en cama debido a sus dolores corporales (Foto: @DonPorfirioDiaz / Twitter)
Durante el tumulto que se armó frente a su casa, Porfirio permaneció en cama debido a sus dolores corporales (Foto: @DonPorfirioDiaz / Twitter)

El tratamiento nunca fue el adecuado puesto que los dentistas mexicanos no pudieron acertar el diagnóstico de lo que padeció el exmandatario, en parte porque en México la odontología apenas estaba en la cuna. Hay que señalar que Díaz buscó desarrollar la ciencia y la salubridad en el país, aunque su desarrollo fue lento.

Sin embargo, de acuerdo con Enrique Creel -que hablando con el nieto de Francisco Pastor, quien fue el odontólogo del presidente, Díaz tuvo una caries en una muela del juicio. Debido al equipo precario de la época, al tratar de ser arrancada de su lugar ocasionó una fractura en la tabla externa de la mandíbula lo que desencadenó en osteomielitis.

Además, la mala experiencia causó la desconfianza de Díaz en los dentistas nacionales.

Los malestares ocasionados por la hinchazón lo mantuvieron con problemas para dormir y se los llevó hasta su exilio en Francia cuando partió a bordo del Ypiranga el 31 de mayo. Pero a raíz de esto, surgió un rumor acerca de la derrota de Díaz.

Porfirio Díaz abordó el Ypiranga para permanecer en el exilio en Francia (foto: Mediateca/INAH)
Porfirio Díaz abordó el Ypiranga para permanecer en el exilio en Francia (foto: Mediateca/INAH)

Los rumores que esparcieron las malas lenguas eran que el general había sido derrotado por el dolor de muelas. La revolución de Madero no representó para muchos un movimiento preocupante. Díaz contaba con un buen ejército capacitado que había detenido levantamientos en otros estados, además de contar con un buen apoyo por parte de las élites. No hablemos ya de la larga experiencia militar adquirida en su juventud.

Por eso cuando renunció el 25 de mayo de 1911 ante alguien como Madero, fue una verdadera sorpresa para todos. Se dijo que el dolor de muelas había influido en el humor y la energía del viejo general pues lo mantuvo indispuesto y en reposo en varias ocasiones.

Se dice que en realidad el ex mandatario no se fue de México por miedo o por aceptar la derrota, sino que el dolor de muelas lo impulsó a hacerlo. En la nación no había quien lo tratase así que decidió ir al “pináculo de las civilizaciones”, aquella que sirvió como base para modelar su plan civilizatorio. Decidió trasladarse a Europa para poder encontrar a alguien que pudiera remediar su dolor.

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