Frida Kahlo: el día que la artista fue acusada de ser cómplice por el asesinato de León Trotski

La artista mexicana fue encarcelada luego de que se le relacionara con el asesino del revolucionario ruso, en 1940

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Frida Kahlo tuvo un fugaz romance con Trotski, en la década de los 30 del siglo pasado. (Foto: Sitio Web Museo Frida Kahlo)
Frida Kahlo tuvo un fugaz romance con Trotski, en la década de los 30 del siglo pasado. (Foto: Sitio Web Museo Frida Kahlo)

Frida Kahlo es una de las mujeres más representativas en el arte mexicano del siglo pasado. La artista, quien fue esposa del también pintor y muralista Diego Rivera, logró destacar no solo en la historia del arte mexicano, sino latinoamericano, pues apenas hace unos meses, en noviembre del 2021, una de sus pinturas se convirtió en la más cara realizada por un artista de Latinoamérica.

La vida de Frida estuvo llena de sucesos que marcaron su historia, desde un accidente que degrado su calidad de vida, hasta infidelidades por parte de Diego Rivera que significaron eventos muy dolorosos para ella, e incluso, lo expresó por medio de sus pinturas.

Además, Frida Kahlo también estuvo en la cárcel. Fue en el verano del año 1940 cuando la artista fue encerrada, pues fue acusada de ser cómplice del asesinato del revolucionario ruso León Trotski. Y es que el fallecimiento del político supuso un drástico giro de los acontecimientos, teniendo en cuenta que la artista y Trotski habían sido amantes tres años antes. El vínculo entre ambos fue tal que Kahlo le obsequió un autorretrato dedicado. La mujer mantuvo varias relaciones amorosas a lo largo de sus 47 años de vida, sin embargo, no todas sus parejas quedaron inmortalizadas ni estuvieron señaladas por su ideología política. A pesar de que la relación entre ambos duró apenas unos meses, supuso un acercamiento de la mexicana a la política, que quedaría reflejado en su trabajo.

Kahlo y Trotski se conocieron cuando ella tenía apenas 29 años, en 1937. El político ruso tenía 57 años. La pintora y su esposo, Diego Rivera, eran partidarios de la ideología marxista, y habían sido miembros intermitentes del Partido Comunista Mexicano desde 1927. Influenciados por la Revolución Mexicana a principios de siglo, abogaron por un gobierno populista y creían que el poder político debía descansar en manos de la clase trabajadora. En el mural de Rivera titulado El Arsenal, realizado en 1928, mostró a Kahlo como activista. Con una camisa estampada con la estrella roja, Kahlo difunde armas a los trabajadores, mientras una bandera con la insignia de la hoz y el martillo, del Partido Comunista, ondea sobre la escena.

León Trotski llegó a México como refugiado, y fue recibido por Frida Kahlo. (Photo by Bettmann/Getty Images)
León Trotski llegó a México como refugiado, y fue recibido por Frida Kahlo. (Photo by Bettmann/Getty Images)

La pareja también defendió la mexicanidad. Este era un movimiento posrevolucionario que pidió despojar al país de la influencia colonial y reemplazarlo con los adornos de la cultura indígena. La mayoría de los días, Kahlo se vestía con ropa tradicional de Tehuana, que consistía en conjuntos de faldas y blusas decoradas con estampados nativos de Oaxaca. Muchas de las pinturas de la artista se inspiraron en paneles votivos mexicanos antiguos, y ella y Rivera volvieron a plantar su patio para incluir solo plantas nativas.

A mediados de la década de 1930, la pareja de artistas se consideraban trotskistas. Habían seguido de cerca la Revolución Rusa, y consideraban que Trotski era un héroe de la Revolución de aquel país, llevada a cabo en 1917, que desembocó en el acenso al poder de Vladimir Lenin y la instauración del régimen socialista. Sin embargo, cuando en 1924 tomó el poder Iósif Stalin, consolidó el poder y degradó a Trotski exiliándolo de manera definitiva en 1929. Como resultado el Partido Comunista se dividió en dos campos principales: los estalinistas y los trotskistas. Fue el mismo Diego Rivera quien convenció a Lázaro Cárdenas, presidente de México en ese momento, de ofrecerle asilo político a Trotski en el país. Luego de pasar varios años en otros países, Trotski y su esposa, de nombre Natalia Sedova viajaron a México, llegando el 9 de enero de 1937 a Tampico, Tamaulipas. En ese momento, Rivera estaba enfermo, por lo que Frida fue la encargada de recibirlos en el puerto, acompañada de guardias armados.

Frida y Diego ofrecieron a Trotski y a su esposa su segunda vivienda, la ahora conocida como Casa Azul, ubicada en Coyoacán, en la Ciudad de México, la cual estaba protegida con guardias, barricadas, ventanas cubiertas, y sistema de alarmas. Poco después de que el matrimonio ruso se instalara en la Ciudad de México, comenzó el romance entre Frida y León. Como la esposa del ruso no entendía el inglés, Frida y él se comunicaban en este idioma.

A pesar de tratar de ser discretos, Sedova no tardó en descubrir el romance, y dio a su esposo un ultimátum: o ella o yo. Al mismo tiempo, Frida se cansó del romance y la atracción física se había esfumado. Poco a poco el poder de Stalin creció, los partidarios de Trotski disminuyeron y sus enemigos se multiplicaron. Para 1939, Frida y Diego también cambiaron de bando y se volvieron estalinistas. El pintor y el político ruso comenzaron a distanciarse.

Trotski fue asesinado en 1940.
Trotski fue asesinado en 1940.

El 20 de agosto de 1940, Ramón Mercader, un agente encubierto que trabajaba para Stalin, mató a Trotski con un picahielo. Kahlo tuvo un encuentro con Mercader un año antes en París, por lo que fue encarcelada, acusada de ser cómplice del asesinato. La mexicana fue liberada al día siguiente.

Tras el fallecimiento de Trotsky, Frida Kahlo siguió utilizando la política como fuente de inspiración en su obra. Incluso, las referencias al comunismo crecieron en sus pinturas en la década de 1950.

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