La historia de la Ciudad de México es muy extensa, pues comienza con la Conquista, en 1521, luego de la caída de Tenochtitlan a manos de los españoles, quienes eran liderados por el español Hernán Cortés.
Luego de este suceso, se comenzó a construir, sobre las ruinas de lo que había sido Tenochtitlan, la capital del imperio mexica, una nueva ciudad, que con el pasar de los años fue dividiéndose, hasta estar trazada como la conocemos ahora.
Actualmente, la Ciudad de México cuenta con 16 alcaldías, en las cuales también hay 207 colonias, de las cuales 11 son pueblos y 7 barrios originales. En la capital, también hay más de 8 millones de personas. Una de las alcaldías más modernas y relativamente creada en fechas recientes, es la Benito Juárez, la cual data de la década de los años 40. Sin embargo, su historia se remonta a la época prehispánica.
Los nombres de varios ríos, calles, avenidas, e incluso colonias, dan fe del paso indígena por esta emblemática zona citadina. El territorio de la actual alcaldía se situó dentro de la cuenca que limitaba las sierras del Ajusco, Pachuca y Las Cruces. Por su parte, los cuerpos de agua limítrofes, eran el Río de la Piedad y el Río Churubusco, que actualmente son avenidas principales. Es importante mencionar que hallazgos realizados en la alcaldía, revelan la presencia teotihuacana y mexica en parajes como Xoco, Portales y Tlacoquemécatl.
Un claro ejemplo de lo anterior, es el monumento prehispánico que se halló cerca de Mixcoac, un basamento piramidal de San Pedro de los Pinos, dedicado al dios Mixcóatl. Y es que lo cierto es que durante la peregrinación, los grupos indígenas dejaron signos de su cultura, como el rito a Huitzilopochtli y la organización política, social y económica que hubo en Tenochtitlan.
Después de la conquista, en el siglo XVIII, la zona de la actual alcaldía Benito Juárez, abarcaba los barrios de Actopan, Santa María Nonoalco, Santa Cruz Atoyac, La Candelaria, Los Portales y San Andrés. Pronto aumentó la industria ladrillera, pues la incipiente Ciudad de México demandó la producción de ladrillos. Así, la aledaña zona Benito Juárez fue el mercado para la capital de materiales de construcción. Por este motivo, hacia el año 1855, muchos de los vecinos que perdieron sus ejidos por el nuevo trazo capitalino, tuvieron que convertirse en obreros.
El conquistador español Hernán Cortés tenía señoría jurisdiccional en las tierras del marquesado. Él era quien nombraba a las autoridades civiles. Por este cometido, los pueblos, haciendas, tiendas comunales y ranchos que conformaban la delegación estuvieron sujetos al Corregimiento de Coyoacán. Fue hasta el año de 1810, con la devolución del Marquesado del Valle decretado por el Rey de España, que lo administrativo y judicial de la Benito Juárez dejó de depender de Coyoacán.
En 1899 se dispuso la municipalidad de México, con 17 prefecturas municipales. Dentro de Tacubaya, Mixcoac y General Anaya quedaron integrados los espacios de la actual alcaldía. Entre las principales colonias que nacieron, destacaron la Del Valle, la California, la Berlín, la Laguna, el Zacate y Carrera Lardizábal.
Luego de la Revolución Mexicana, productores locales siguieron comercializando pulque, flores y frutos. De la misma manera, los tranvías favorecieron el acceso a las localidades dentro de la Benito Juárez. En la década de los años 40 se fraccionó la capital en cuatro delegaciones: Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo, y Benito Juárez. Sin embargo, los límites territoriales se establecieron hasta 1970.
Para mediados del siglo XX el crecimiento urbano protagonizó las calles de la zona. En lugar de casas, comenzaron a levantarse edificios residenciales. Prueba de ello son colonias como la Nápoles, donde las torres se impusieron ante las vecindades. En la actualidad, la Benito Juárez se posiciona como una de las alcaldías más importantes, conocida por ser una de las que cuenta con mejor calidad de vida y más de 300 mil habitantes.
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