Una fuerte explosión de pirotecnia en el municipio de Huixquilucan, Estado de México, dejó este jueves el saldo de al menos un muerto y tres lesionados.
De acuerdo con Protección Civil (PC) del Edomex, el siniestro ocurrió cerca de las 14:50 horas en un taller donde se elaboran juegos pirotécnicos (polvorín), al parecer clandestino, ubicado en el Paraje El Durazno, en la comunidad de San Jacinto.
El estruendo y columna de humo se percibió en zonas de la alcaldía Cuajimalpa, en la Ciudad de México, cuyos vecinos reportaron a las autoridades y compartieron imágenes en redes sociales.
“Estaba en el patio de mi casa cuando se escuchó una explosión. Fue como si tronara un cuete, pero muy fuerte”, “Se cimbraron los vidrios de la casa muy feo”, expresaron usuarios en redes sociales.
Minutos después de recibir el reporte, personal de Protección Civil, de Bomberos y Unidades de Rescate arribaron al lugar para controlar las llamas y atender a las personas afectadas.
Según los reportes, se localizó a tres personas en el lugar, entre las cuales se encuentra una persona fallecida, de la que aún se desconocen sus características físicas.
Las otras dos personas, a quienes se les brindaron los primeros auxilios por parte de paramédicos, fueron trasladadas a hospitales de la zona; no se encuentran graves.
Cerca de las 15:25 horas, la alcaldesa panista Romina Contreras informó en su cuenta de Twitter que el incendio se controló, confirmando el número de víctimas y pérdidas materiales.
Tras los hechos, el gobierno de Huixquilucan señaló que en los últimos seis años no se ha otorgado ningún permiso relacionado con el manejo de pirotecnia.
“Como es del conocimiento, esta actividad está regulada exclusivamente por la Secretaría de la Defensa Nacional”
Al respecto, la alcaldesa ordenó a PC, una revisión física de cada uno de los lugares donde se fabrica pirotecnia en el municipio, para corroborar que cuenten con autorización de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena).
La pirotecnia es una actividad cuyas características propias de elaboración requieren de medidas precautorias para la fabricación y almacenamiento de sus materiales químicos, sus productos intermedios y producto terminado, dado que dichos materiales en su mayoría son explosivos, vulnerables a agentes externos y exigen cuidados especiales para su manejo; es por eso que se realizan en talleres de elaboración pirotécnica o comúnmente llamado “polvorín”, con las medidas de seguridad pertinentes.
No obstante, la barbaridad de los negocios, las complicidades y la pobreza de los lugares donde se fabrican son gravísimas, pues hay un gran número de talleres no están en orden legal y son clandestinos, sobre todo en el Estado de México, Puebla y Tlaxcala.
El sigilo y las trampas hacen que las autoridades no reconozcan o sepan la cantidad de polvorines que operan de manera ilícita.
Un negocio que se originó durante La Colonia
El periodista e historiador Héctor de Mauleon escribió el 13 de diciembre de 2016 en su columna La Patria del Cohete, que una de las maldiciones de La Conquista fue que los españoles se llevaron el oro y nos dejaron los cohetes como una forma de conexión divina y por ello se han escuchado rugir en el país desde hace más de 500 años en toda ceremonia civil, política, deportiva, religiosa.
Pero ya en la época virreinal, los cohetes provocaron tantos incendios, tantas manos cercenadas, tantos desastres y tantas calamidades que la Corona monopolizó su venta entre 1590 y 1776.
“Nada cambió, porque desde entonces se inició la costumbre de venderlos de manera clandestina. Continuaron los incendios, las manos cercenadas, los desastres y las calamidades”
“Los chinos decían usarlos para espantar a los espíritus malignos. En México fue al revés. Parece que los empleamos para atraerlos bajo el pretexto de hacer estallar en el cielo una lluvia de colores”, agregó.
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