Carlos Slim Helú es la persona con más dinero en México, pues según estimaciones de la revista estadounidense especializada en temas financieros Forbes, el magnate cuenta con una fortuna que asciende a los USD 55 mil 930 millones.
Y es que el empresario, quien fue la persona con mayor riqueza en todo el mundo de 2010 a 2013, ha sabido bien cómo administrar su dinero y de qué manera invertirlo, pues ha tenido negocios que le han dado todo lo necesario para acrecentar su fortuna.
Slim es dueño de algunas de las empresas más importantes del país, como América Móvil, Grupo Carso y Telmex, entre otras, además de tener bien definidos los objetivos y metas de cada una de ellas. El magnate inició en el mundo de los negocios desde muy pequeño, pues de niño, su primer negocio fue poner un pequeño puesto de dulces debajo de las escaleras de su hogar, en donde vendía sus productos a sus tíos y primos. El magnate, en ese momento, vivía en una casa ubicada en uno de los barrios más importantes y exclusivos de la Ciudad de México: Polanco.
Además, Slim abrió su primer cuenta de cheques a los 12 años, además de, a la misma edad, comprar acciones del Banco Nacional de México. Aunado a esto, hay que tomar en cuenta que el empresario más rico de México también recibió una educación financiera impecable en su hogar, y se le inculcó el ahorro desde niño. Y es que el padre de Slim, quien llevaba por nombre Julián Slim Haddad, era un hombre dedicado a los negocios, por lo que el hombre más rico de México heredó esta pasión de él.
Julián llegó a México a inicios del siglo XX, en 1902, procedente de Líbano. Llegó a México huyendo del yugo del imperio Otomano, pues al cumplir 15 años, los jóvenes eran enlistados en el ejército para luchar por su patria. Cuando Slim Haddad llegó a México, tenía únicamente 14 años y no sabía hablar español. Desembarcó en Veracruz, para posteriormente ir a Tampico, Tamaulipas, en donde lo esperaban algunos de sus hermanos mayores José, Elías, Carlos y Pedro Slim, quienes estaban en México desde 1898.
En ese mismo año, nacería Linda Helú, quien sería madre del millonario mexicano, en Parral, Chihuahua. Los padres de Linda también eran inmigrantes libaneses que llegaron a México a finales del siglo XIX, y quienes luego de viajar por varias ciudades, optaron por establecerse en la capital, la Ciudad de México. José Helú, padre de Linda, trajo a México la primera imprenta árabe y fundó una de las primeras revistas comunitarias para la colonia libanesa en el país.
Posteriormente, los hermanos Slim cambiaron su lugar de residencia a la Ciudad de México, y en 1904, Julián Slim junto con su hermano José, quien era 13 años mayor que él, formaron una sociedad mercantil llamada La Estrella de Oriente, bautizada así en honor a su lugar de origen.
Para formar la sociedad mercantil se asociaron con un capital de 25 mil 800 pesos, aportando la mitad cada uno. En 1914, en plena Revolución Mexicana, Julián, quien tenía 26 años de edad, le compró a su hermano el otro 50% por 30 mil pesos.
La Estrella del Oriente se convirtió en una importante mercería, que se ubicaba en la calle de Capuchinas, ahora Venustiano Carranza, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En 1921, 10 años después de haber sido fundada la empresa, ya tenía un valor superior a los 100 mil dólares, y para esas fechas, Julián Slim ya había adquirido más de 11 propiedades en esa zona. El valor actual de la tienda sería de alrededor de 7 millones de dólares, y de las propiedades, de 28 millones de dólares, aproximadamente.
Fue por esto que Slim creció en un ambiente en el que estuvo rodeado de negocios y transacciones financieras, y una buena educación financiera. Desde pequeño, Julián llevaba a Carlos a que lo acompañara en sus negocios, y le enseñó tanto a él, como a sus hermanos, a llevar una libreta en la que anotaban todos los movimientos financieros que tenían, así fuera el más mínimo, tanto de ingresos como de egresos.
Desafortunadamente, Julián murió cuando Carlos era muy pequeño, pues el empresario tenía apenas 13 años cuando su padre falleció de manera repentina.
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