Petróleos Mexicanos ha vuelto a pronunciarse sobre los contratos que sostiene con la empresa Baker Hughes debido a los incrementos de su facturación que ha registrado entre 2019 y 2021, luego de que Hughes ha sido señalada de un posible conflicto de interés con el hijo del presidente, José Ramón López Beltrán, quien habitó una vivienda millonaria con su pareja Carolyn Adams en Houston, propiedad que estaba a nombre de un alto funcionario -en ese entonces- de la compañía estadounidense.
El pronunciamiento se da luego de que la periodista Peniley Ramírez señaló que los servicios de Baker Hughes a Pemex debían haber finalizado en junio de 2020; no obstante, según registros públicos, Petróleos Mexicanos firmó un contrato en 2018 por un monto de 66 millones de dólares que debía concluir en 2019, pero en agosto de ese año se incrementó el monto por 49.5 millones y en diciembre hubo otro incremento por 60 mdd.
Además, en 2020 Pemex otorgó una tercera ampliación por 99 millones de dólares más, y firmó una cuarta por otros 68 mdd en noviembre de 2021. “El contrato pasó de un máximo de 66 millones de dólares, como se firmó en el sexenio anterior, hasta 343 millones, en noviembre pasado”, señala Peniley en su columna.
Ante ello, Pemex refirió que existen diversas modalidades de contratos: aquellos que provienen de “procedimientos convencionales de contratación”, que se refieren a las adjudicaciones directas, concursos abiertos o “invitaciones restringidas, y aquellos en los que se ofrece “abastecimiento estratégico a partir de las necesidades de las áreas productivas”.
Este último es el que hace referencia a Baker Hughes y se puede desglosar en dos modalidades: contrato preparatorio o acuerdo referencial (ACREF); ambos surgen a través de “alianzas contractuales” que, según Pemex, son usados de manera recurrente en la industria petrolera internacional.
En un acuerdo ACREF pueden participar dos o más proveedores, no tiene un monto asignado y sus precios de referencia siempre son actualizados durante el plazo del acuerdo. Cada acuerdo tiene una vigencia de 5 años y, para hacer uso de ellos, se elaboran contratos específicos que se ejecutan a través de órdenes de servicio.
Además, en los contratos específicos de un acuerdo referencial se establece el alcance relacionado de la actividad a realizar, así como los montos y fechas para la finalización de dichas actividades. Cabe decir que existe la posibilidad de aplazar los servicios ofrecidos según la complejidad de la actividad o los resultados previstos de la perforación de los pozos.
Así pues, en 2017 -durante la administración de Enrique Peña Nieto- se logró consolidar un acuerdo ACREF en materia de “Servicios Integrados de Perforación y Terminación de Pozos Exploratorios Marinos”, en el que participan cuatro empresas: Baker Hughes, Weatherford, Schlumberger y Halliburton.
“De acuerdo con las necesidades de PEMEX, estas cuatro empresas compiten en una subasta inversa para garantizar las mejores condiciones económicas para Petróleos Mexicanos”
De esta manera, se asignaron dos contratos simultáneos que abarcan el periodo de 2017 a 2019, uno a Baker Hughes (contrato 640218810, por un monto de 65.9 millones de dólares) y otro a Halliburton (contrato 640218809, por un monto de 122.6 millones de dólares).
En ese periodo, Pemex reconoció que Baker Hughes ha aumentado sus montos facturados, aunque aseguran que eso se debe supuestamente al incremento de Pemex en su inversión luego de caídas continuas que perjudicaron los niveles de producción y reservas, y no tanto por “acuerdo ilegales o secretos”
“Efectivamente, entre los años 2019 y 2021 Baker Hughes ha tenido incrementos en los montos facturados, sin embargo, estos incrementos no son ninguna concesión especial, ni producto de acuerdos ilegales o secretos; sino al incremento de la actividad”
Anteriormente, el 9 de febrero, el director general de Pemex, Octavio Romero, acudió a la conferencia matutina de Andrés Manuel López Obrador donde presentó unas gráficas que mostraban que, de los 25 principales proveedores, la mayoría registró un incremento en sus facturas.
Romero también mencionó que Pemex no le otorgó a Baker Hughes “ampliaciones” sino “adiciones” que pueden ampliar tiempos y costos. Asimismo, agregó que la compañía estadounidense lleva más de seis décadas ofreciendo servicios en México, de las cuales obtuvo mayor beneficio, según Romero, en 2008, 2012 y 2014.
Baker Hughes aparece en el lugar número 7 de la lista de los principales proveedores. En 2018, por ejemplo, la compañía registró un monto de 2,900 millones de pesos. Para el 2019 aumentó a 4,419 mdp, para 2020 registró 6,494 mdp, mientras que en 2021 aumentó a 8,859 mdp, es decir, casi el triple a comparación del 2018.
En otra gráfica que muestra las “compañías con mayores incrementos en la facturación por mayor actividad de exploración y producción” vuelve a figurar Baker Hughes, esta ocasión en el lugar número 8. En la tabla se aprecia que esta empresa incrementó 205 por ciento en un periodo de tres años (2018-2021).
Por último, Pemex aseguró que todos sus contratos están sujetos a la debida diligencia, es decir, una investigación que se hace a las empresas en cuestiones de ética e integridad corporativa, en la que se revisa, entre otras cosas, conflicto de interés, lavado de dinero, notas de medios negativas, existencia de sanciones por corrupción, entre otras.
A Baker Hughes también se le realizó esta diligencia, en la cual se detectaron “notas periodísticas adversas en los años 2001, 2007, 2019 y 2020, que señalaban investigaciones por parte de la SEC en EUA” (Securities and Exchange Comission). Por su parte, la compañía estadounidense aseguró que están cooperando en una investigación que aún sigue en proceso.
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