En la mañana de este 9 de febrero se celebró el 107 aniversario de la Marcha de la Lealtad por el presidente Andrés Manuel López Obrador. El mandatario llegó al Castillo de Chapultepec para conmemorar el recorrido hecho por el expresidente Francisco I. Madero acompañado de cadetes del Colegio Militar en 1913.
¿Pero qué es la Marcha de la Lealtad? Pues tiene que ver con uno de los episodios más significativos de la historia mexicana acontecida en 1913: la Decena Trágica.
Francisco I. Madero subió al poder en 1911 tras alzarse en armas en contra de Porfirio Díaz. Con esto el clima político de México respiraba un nuevo aire democrático. Mas no hubo un cambio sustancial en el cuerpo administrativo del gobierno ni de las personas que componían el ejército mexicano, pues Madero buscó la pacificación y unificación.
Y este fue uno de los principales problemas del gobierno maderista: mantener partidarios porfiristas dentro de su gobierno. De este modo Victoriano Huerta, un militar fiel al régimen porfirista fue reintegrado a las filas castrenses para combatir a las fuerzas zapatistas y orozquistas que habían ayudado a Madero a ascender pero no vieron satisfechas sus demandas.
Huerta tuvo otros planes y junto a Manuel Mondragón y el sobrino de Porfirio llevaron a cabo un golpe de estado en contra de Francisco I. Madero, primero liberando a Félix Díaz y Bernardo Reyes de su encarcelamiento para liderar la rebelión junto con un grupo de cadetes del Colegio Militar.
Durante la mañana del 9 de febrero, el presidente Madero fue alertado en el Castillo de Chapultepec del golpe que se estaba cometiendo en Palacio Nacional, por lo que se dirigió al Colegio Militar ubicado en las mismas instalaciones del Castillo. El exmandatario decidió trasladarse al Palacio Nacional, pues la primera pelea había sido victoriosa por parte del ejército federal.
Bernardo Reyes, uno de los principales militares y colaboradores de Díaz, fue abatido durante el ataque al Palacio gracias a las fuerzas federales comandadas por Lauro del Villar. Ante estos pormenores, Madero se dirigió al Colegio Militar para juntar las fuerzas disponibles. Se congregó a los reclutas que formarían la escolta para emprender el viaje junto con un cuerpo de bomberos, un batallón de seguridad y un cuerpo de gendarmería.
Alrededor de 350 cadetes de entre 16 y 28 años de edad aproximadamente fueron armados para resguardar al presidente sin saber precisamente la situación a la que se enfrentaban, pues se oían detonaciones a lo lejos. Al llegar a la avenida Juárez, hubo una balacera. Madero y Huerta junto con otras personas se resguardaron en un estudio fotográfico.
Después se dirigieron a la Plaza del Zócalo acompañados de los cadetes y de una multitud de civiles que se juntó en el camino para vitorear al presidente y se adentraron en Palacio Nacional mientras el resto de los cadetes resguardaban el recinto. En la noche los cadetes fueron devueltos al Colegio. A este trayecto se le denominó más tarde la Marcha de la Lealtad.
Del Villar fue reemplazado por Victoriano Huerta debido a una herida en el hombro. Pero Huerta se reunió de forma secreta con el embajador estadounidense e impulsor del golpe de estado Henry Lane Wilson para formar parte del atentado. De este modo firmó el pacto y se unió a Félix Díaz y Mondragón con el Pacto de la Embajada o de la Ciudadela.
Este fue el elemento fundamental para dar finalización a los enfrentamientos y apoderarse de una vez por todas del Palacio Nacional el día 18 de febrero, en el que Madero, junto con Félix María Pino Suárez y su hermano Gustavo Madero, fueron presos por Huerta y forzados a renunciar a sus puestos. El 22 de febrero fueron ejecutados.
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