La polémica por la designación de embajadores mexicanos en Panamá llegó hasta los grupos opositores al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a quien le han llovido críticas por las personalidades, escándalos y comportamientos de sus elegidos.
Uno de los más duros críticos fue Diego Fernández de Cevallos, ex candidato presidencial panista, quien aseguró en su más reciente columna para el diario Milenio que el Servicio Exterior mexicano es un orgullo para el país, así como el cuerpo diplomático que nos representa en el extranjero.
De acuerdo con el ex político, se trata de una tarea sumamente protegida que a lo largo del tiempo ha mantenido un trato rigurosamente profesional, es decir, que “se cuidó de no llegar a extremos manifiestamente injuriosos y grotescos” al momento de hacer las designaciones para embajadoras y embajadores.
Lo anterior, en relación al reciente nombramiento de Pedro Salmerón y de Jesusa Rodríguez para representar a la 4T en Panamá, ambas tan polémicas que en el primer caso se retiró la decisión luego de haber sido rechazada por el país centroamericano.
A pesar de todo, aseguró que el caso que ahora vemos no es exclusivo del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pues a lo largo de los años se ha visto que las embajadas y consulados sirven para propósitos como “pagar favores o desterrar a personajes que les resultaban incómodos”.
Sin embargo, consideró que la verdadera novedad instaurada por AMLO es “insolencia, pedestre y piojosa, del actual proceder gubernamental”; aclaró que en el pasado por lo menos se cuidaban las formas o decisiones, caso contrario al de la Cuarta Transformación.
Además, señaló que a través de dichos nombramientos también se incurrió en una violación a las disposiciones de la Convención de Viena que “obligan a los gobiernos a guardarse recíprocamente respeto”.
“Esa norma exige a los Estados que antes de anunciar los nombres de quienes desean enviar como embajadores ante otros gobiernos, estos den los beneplácitos correspondientes”, señaló el ahora opositor a los ideales políticos y económicos del Ejecutivo Federal.
Apuntó, en este sentido que en México pareciera que AMLO supuso que los países darían el beneplácito a cualquiera de las propuestas que saliera desde el Palacio Nacional, “porque su poder no tiene límites ni sus caprichos fronteras”.
Pero al momento de darse cuenta de las polémicas detrás del nombramiento, Panamá habría rechazado rotundamente a Pedro Salmerón como el representante mexicano en sus tierras; “...Le dio a Tartufo una agua de su propio chocolate: ¡tenga para que aprenda!”, apuntó el también abogado para diario Milenio.
Al respecto, aseguró que el hecho de haber nombrado a un político señalado como agresor de mujeres, es una muestra de que “le importa un bledo a la pútrida Transformación de Cuarta”, y concluyó que nombrar en su lugar a Jesusa Rodríguez es también “repugnante”, algo que “México y su diplomacia no lo merecen”.
La última propuesta de AMLO, tras el rechazo y la renuncia de Pedro Salmerón, señalado por numerosas víctimas como presunto agresor, fue Jesusa Rodríguez, quien ha destacado como directora de teatro, actriz, activista, artista de performance y senadora de la República.
Durante su conferencia mañanera, el presidente, además de presentar la candidatura, y próxima propuesta de beneplácito, comparó la decisión de la ministra panameña, Erika Mouynes, con el actuar de la Santa Inquisición, y lo nombró “un linchamiento mediático”
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