El municipio de Tlalnepantla de Baz que forma parte de los 125 territorios que conforman al Estado de México, esconde miles de datos históricos en sus rincones que datan de la época prehispánica. Su nombre proviene el náhuatl tlalli que quiere decir tierra y de nepantla, que se traduce como en medio. El nombre completo significa “En medio de la tierra” o “Tierra de en medio”. Por otra parte, el apellido de “Baz” se debe al destacado médico, político y revolucionario mexicano Gustavo Baz Prada, pues este personaje fue originario de la entidad.
Aunque no se tienen reportes de exactamente cuando comenzaron los asentamientos en esta región, se han encontrado vestigios de animales prehistóricos como el mamut, el dientes de sable, bisontes y lobos. De acuerdo con el historiador Rafael Garduño Garduño, “estos hallazgos en Tequesquinahuac en 1952, son señal de la fauna existente hace unos 10 a 14 mil años”.
Por otro lado, según datos del portal oficial del Estado de México, la zona fue ocupada por los chichimecas en el siglo XII. Esta cultura se encargó de sentar las bases económicas, sociales y culturales de los inicios de Tlalnepantla. De hecho, el municipio destaca por su zona arqueológica de Tenayuca, la cual fue edificada por este grupo liderado por el famoso caudillo chichimeca Xólotl.
El nombre original de esta zona era Tenayohcan y viene del náhuatl tena, cuyo significado es muralla, yoh que es una partícula que quiere decir “abundancia” y can que se refiere a lugar. Después de varias investigaciones, la traducción quedó como: “Lugar donde hay muchas murallas”, no obstante, con el tiempo fue conocido como “lugar amurallado” o “lugar fortificado”.
Más tarde, los chichimecas tuvieron que ceder su territorio a las presiones del imperio tepaneca liderado por Tezozómoc, pues estos comenzaron a expandir su territorio por todo el norte de la actual Ciudad de México, y la zona de Tlalnepantla no fue la excepción, sin embargo, cuando el imperio mexica se encontraba en su apogeo, también se apropió del entonces territorio tepaneca.
Con la llegada de Hernán Cortés y la caída de Tenochtitlan, el sitio quedó abandonado y comenzó a haber movimiento de nuevo con la llegada de los frailes franciscanos. Estos religiosos fueron los encargados de encaminar a los pueblos indígenas a la doctrina católica, de hecho, poco después de su arribo fundaron San Bartolomé con la intención de sustituir el nombre de Tenayuca.
Entre los años 1525 y 1587 se construyó el convento y templo Corpus Christi, uno de los lugares más emblemáticos e importantes de este municipio, el cual preserva pinturas que datan del siglo XVI. Tiempo después se comenzó a poner más atención a esta zona porque se convirtió en una de las áreas más importantes de la región debido a su ubicación estratégica, ya que era el paso obligado para llegar a diversas parte del Valle de México.
De acuerdo con datos del municipio, una vez que se evangelizó a una gran parte de la población, se empezó a promover una nueva cultura enfocada hacia los valores y las costumbres españolas. Como parte de un ritual de inclusión, “se trajeron semillas de árboles frutales importados de España que se cultivaron en esas regiones”. También se hizo con el fin de resolver los problemas que tenían por la falta de alimentos.
El nacimiento oficial de Tlalnepantla fue en 1848 y para 1888 se encontraba dividida en once municipalidades. Asimismo, a lo largo de este período comenzaron a aparecer múltiples haciendas, entre las que destacan la Ex Hacienda de Santa Mónica y la Ex Hacienda de San Pablo. La misma fuente apunta que posterior a la Revolución, en 1917, “el Estado de México fue dividido en 119 municipios, quedando Tlalnepantla como uno de ellos”.
Desde 1948 la localidad fue elevada al rango de ciudad y desde ese entonces, el sitio se ha caracterizado por ser uno de los territorios con más desarrollo industrial y centros de trabajo. Según el último censo realizado por el INEGI, actualmente cuenta con un total de 672 mil 202 habitantes, siendo 51.4% mujeres y 48.6% hombres.
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