Antes de la llegada de los españoles a México, quienes conquistaron el país y lograron hacerlo su colonia por 300 años, lo que ahora conocemos como la Ciudad de México, era Tenochtitlan, la ciudad en la que se instaló el imperio mexica. El tlatoani que estaba a cargo de dicho imperio cuando Hernán Cortés llegó a la ciudad junto con sus hombres, era el tlatoani Moctezuma.
Tenochtitlan era una ciudad que se encontraba sobre un islote en medio del Lago de Texcoco. Era comunicada con otros lugares por medio de calzadas. Sin embargo, tras la llegada de los españoles, la ciudad fue destruida y sobre sus ruinas fue construida una nueva. Una de las preguntas que seguramente más se cuestiona la gente es cómo se logró construir una ciudad sobre un lago. La respuesta está en que el Lago de Texcoco fue desecado para la construcción de la nueva capital.
Hoy el lago está prácticamente extinto, y varias zonas de la Ciudad de México sufren por falta de agua, contrario a lo que se podría pensar al saber que antes se encontraba un lago en esta zona. La decisión de desecar el lago comenzó en la época de la Conquista y se decidió que la nueva ciudad debería estar sobre tierra firme. El proyecto para lograrlo no fue nada fácil.
Durante la época prehispánica, la ciudad estaba protegida por un albarradón que regulaba la entrada de agua, sin embargo, tras la llegada de los españoles fue destruido. Para 1555 la Ciudad de México sufrió una gran inundación por lo que el albarradón fue reconstruido. Sin embargo, las inundaciones continuaban siendo un problema constante.
Debido a esto, desde el periodo novohispano se apostó por ganar espacio a los lagos y ríos que se encontraban en el Valle de México. La primer obra de ingeniería que tenía el propósito de desecar el lago el Tajo de Nochistongo, una salida de las aguas ideada por Enrico Martínez en el siglo XVII.
Dicha construcción inició con la orden del virrey Luis de Velasco en noviembre de 1607. El proyecto inicial planeaba construir un canal en Huehuetoca para secar el lago de Zumpango y desviar el río de Cuautitlán hacia Tula. Dicho proyecto funcionó solo temporalmente, en 1629 el aguacero de San Mateo inundó la Ciudad de México y provocó muertes y grandes pérdidas. Tras el hecho, Enrico decidió cerrar el canal, pues la corriente de agua dañaría la construcción inconclusa. El resultado fue una de las peores inundaciones de la ciudad, luego de más de 36 horas de lluvia.
Enrico fue encarcelado por negligencia, pues su decisión había afectado severamente a la capital. Sin embargo, recuperó su libertad para concluir el canal. Luego, sugirió terminar con la construcción del canal a cielo abierto, idea que fue rechazada. Sin embargo la obra de ingeniería se implementó en 1637, cuando él ya había fallecido.
La expansión de la capital seguía y la cercanía con los lagos continuaba provocando inundaciones en zonas habitadas. Durante el gobierno del emperador Maximiliano de Habsburgo, que fue de 1863 a 1867, el segundo Imperio de México, se buscó dar una solución final a la situación, con la construcción del Gran Desagüe del Valle de México y la red de colectores y atarjeas. Sin embargo, no fue sino hasta el gobierno de Porfirio Díaz que la obra se concluyó, inaugurándose el 17 de marzo de 1900.
Con estas obras, el clima de la Ciudad de México cambió y se generó un desastre ambiental. Sin embargo, debido a que fueron cambios paulatinos, no fueron percibidos. Tampoco el Gran Desagüe fue la solución, ya que las inundaciones continuaron y se generó hundimiento y tovaneras, consecuencia de la extracción de agua de los mantos acuíferos.
Finalmente, los últimos ríos, como el de La Piedad, Consulado, Magdalena, entre otros, fueron entubados para prevenir inundaciones y construir ejes viales. Para subsanar la falta de agua en 1951 fue inaugurado el sistema Lerma, la primer obra para importar el vital líquido de otras cuencas. En 1982 inició la operación del Sistema Cutzamala.
Anteriormente, en 1975, también se inauguró el Sistema de Drenaje Profundo, el cual descarga aguas negras y pluviales en el Río Tula, Hidalgo. Sin embargo, ninguna obra ha sido suficiente, pues la ciudad sigue enfrentándose a diversos problemas relacionados con desabasto de agua, hundimiento e inundaciones.
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