Sobre un imponente trono rojo y dorado, un Niño Dios de cinco metros de altura y media tonelada de peso preside con un mensaje de esperanza y de salud en la plaza principal de la alcaldía de Iztapalapa, en la Ciudad de México.
La familia Gómez Reséndiz, en la que cada uno tiene un talento necesario para la creación de esta obra, se decidió a crear esta monumental figura que presentó en 2013.
“Se construyó para ser una réplica exacta de los pequeños que se arrullan el 24 de diciembre y se sientan para el Día de la Candelaria”, explicó este jueves en entrevista con la agencia EFE Abraham Gómez Reséndiz, uno de los hermanos que lo crearon.
Y es que México celebra cada 2 de febrero el Día de la Candelaria, que señala el final de las celebraciones de Navidad, durante el cual las familias cocinan tamales (alimento a base de maíz con rellenos variados) y sacan a relucir su Niño Dios, ya sea con vestimenta religiosa, típica o a la moda.
Este, que ahora preside la Feria del Tamal de Iztapalapa, fue creado para que todo el mundo pueda disfrutar de su presencia, ya que desde 2013 lo han llevado a múltiples pueblos y celebraciones de la zona.
Con esqueleto de acero, músculos de espuma de poliuretano, un recubrimiento de resina epóxica y unos brillantes ojos azules de resina cristal perfilados con pestañas de crin de caballo, el niño inició sus andaduras en 2013 con un mensaje de paz.
Incluso, un religioso creó para él una oración con un mensaje “de que cese la violencia y podamos vivir en paz”, compartió Abraham, consigna que llevaron a múltiples lugares en años anteriores e incluso fueron la inspiración para que otras personas replicasen a este Niño Dios que fue el primero de grandes dimensiones.
Algunos de estos incluso fueron virales en las redes sociales en años anteriores y este, el creado por la familia Gómez Reséndiz auspiciados por otra familia propietaria del taller y empresa Conarte (Construcciones y artesanías), tuvo que dejar de salir desde 2020 por la pandemia de COVID-19.
Y ahora que pudo regresar a las calles, el Niño Dios monumental lleva no solo el mensaje de paz, sino también una oración por la salud.
“Es un mensaje muy necesario en estos momentos, queremos brindarle a la gente un poco de esperanza y fortaleza para pasar por estos momentos tan difíciles de enfermedad y pandemia que estamos viviendo”
La propia familia Gómez Reséndiz vivió el pasado año uno de los momentos más complicados de su vida con el fallecimiento de la madre después de haberse contagiado de la enfermedad.
“Es difícil pasar por una situación como esta, a veces piensas que vives una película de terror, pero tenemos que agarrarnos de la fe, de lo que tengamos, para crear un sentimiento de superación”
Y desde este sentimiento es que lograron sacar fuerzas para trasladar este año al Niño Dios desde el taller hasta la alcaldía de Iztapalapa, donde lo vistieron con el tradicional ropón -creado por uno de los hermanos-, armaron el trono y lo sentaron, para que presida la Feria del Tamal y todos los vecinos puedan recibir así su mensaje de esperanza, fe y paz.
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