Este martes 25 de enero, Ana Lilia Herrera, diputada federal por el Partid Revolucionario Institucional (PRI), presentó los resultados de la Encuesta Nacional Encovid19 Infancia, la cual expone los efectos de la COVID-19 en el bienestar de las niñas, niños y adolescentes durante la pandemia.
De tal modo que la presidenta de la Comisión de Derechos de la Niñez y Adolescencia dio a conocer distintas métricas obtenidos en diferentes levantamientos entre 2020 y 2021 sobre las afectaciones a la infancia y la adolescencia en el contexto de la pandemia para apuntar a medidas y acciones que atiendan las necesidades en los hogares.
La legisladora señaló que este ejercicio permitió conocer el impacto de la pandemia en este demográfico y señaló que, en virtud de lo observado, es fundamental contar con un Sistema Nacional de Cuidados, se requieren estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, especialmente porque una de cada tres mujeres está al frente de un hogar y necesita de este sistema.
Por su cuenta, Catalina Gómez, jefa de política social del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), explicó que la encuesta fue desarrollada para conocer el impacto de la pandemia en hogares con menores, de manera conjunta entre el fondo y el Centro de Investigación de la Universidad Iberoamericana (UI).
“Los datos los empezamos a recolectar en mayo de 2020 y el más reciente en octubre de 2021, los cuales son de representatividad nacional y tienen un valor importantísimo porque permiten monitorear la evolución de las afectaciones”
Graciela Teruel, directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad, precisó que esta fue realizada de manera telefónica y contiene resultados de 18 meses, en donde sobresalen los daños a la salud mental. Además, agregó que uno de cada tres mexicanos manifestó síntomas de ansiedad.
Esta tendencia fue constante y aumentó en los hogares con menores, ya que, además de problemas de ingresos, deben hacerse cargo de sus hijos, quienes estuvieron dentro de los hogares con todas las tensiones.
“Aunque no hay indicadores de ansiedad en los menores, había comportamientos como pesadillas frecuentes, dejar de comer, subir de peso, dolor de cabeza, tristeza y falta de ánimo, lo que pone el foco rojo pues pueden empezar a presentar problemas de salud mental”
De entre otros puntos, se reportó que en el 8% de los hogares con integrantes de 4 a 17 años, algún menor no se inscribió a la escuela; el 50% de quienes abandonaron la escuela tiene entre 24 y 17 años, de ellos 53% son hombres; el 44% abandonó la primaria, 19% la secundaria y el 26% el nivel medio superior.
En contraste, con el inicio de la reactivación de actividades sociales se midió que el 98% de estudiantes de preescolar, 93% de primaria, 94% de secundaria y 93% de preparatoria, se encuentran emocionados o contentos por el regreso a clases.
Ante esto, la Unicef promovió una serie de recomendaciones en torno a los resultados de la encuesta, en virtud de mejorar la calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes en México que se vieron afectadas con la llegada del COVID-19 a la república en febrero del 2020:
1.- Extender los mecanismos de apoyos a las familias y de quienes están en los sectores más afectados como son las madres y padres de familia que trabajan de manera informal.
2.- Implementar medidas de protección social y bienestar para que las mujeres puedan regresar al trabajo, ampliando la oferta del cuidado infantil. Asimismo, ampliar los programas existentes como la beca para niñas y niños de madres trabajadoras.
3.- Promover la buena nutrición, acabar con la desnutrición infantil, elaborar políticas públicas que garanticen la alimentación adecuada para la niñez y regular las bebidas y alimentos no saludables.
4.- Promover acciones para la protección de la salud mental y que en las escuelas los docentes puedan ser agentes de cambio; que se expandan los servicios de atención a la salud mental y prevención del suicidio, especialmente en adolescentes que viven situaciones de violencia.
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