Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) acusado de corrupción, ganó la apelación contra la prisión preventiva que lo mantiene preso por el caso Odebrecht, pero la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) presentó un amparo para que el acusado no quede libre.
Según la UIF, se revocó la resolución para que el juez dicte otra decisión en el proceso por corruptelas de la empresa brasileña, aunque la dependencia adscrita a la Secretaría de Hacienda ha pedido que se suspenda como parte agraviada.
“Dicha revocación del tribunal unitario es solo para el efecto de que el juez dicte nueva resolución; no obstante, la UIF solicita la suspensión por la vía del amparo”, informó la unidad encabezada por Pablo Gómez.
José Artemio Zúñiga Mendoza, quien lleva el caso, tendrá que justificar los motivos para tener encerrado al exfuncionario, según la resolución emitida por un Tribunal Federal. De lo contrario, las autoridades deberán dejarlo fuera de las rejas.
Y es que el reciente 22 de enero, Lozoya había ganado la misma apelación, pero por acusaciones en la compra a sobreprecio de la planta Agro Nitrogenados. El acusado siguió en procesos judiciales hasta obtener el fallo en el caso que lo involucra con Odebrecht. Si el juez no lo retiene, de inmediato se ordenaría ponerlo en libertad.
Ante lo cual la UIF también impugnó mediante el amparo como institución ofendida en la causa penal. Para ello pidió que se revise la constitucionalidad de la resolución. Y solicitó la suspensión de sus efectos para evitar una obstrucción en la continuidad de los procesos en que el detenido se enfrentaría a 54 años de cárcel.
En noviembre del año pasado, Lozoya ganó tiempo para presentar más pruebas de sobornos entregados por Odebrecht a funcionarios mexicanos para verse beneficiada en contratos en el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero se quedó en prisión preventiva en el Reclusorio Norte a petición de la Fiscalía General de la República (FGR), porque se actualiza el riesgo de fuga.
Su defensa ha argumentado que no se violaron medidas como portar un brazalete o firmar cada mes la hoja de control de los procesados. En cambio, decidieron retenerlo por las críticas que generó al exhibirse en un restaurante lujoso en Polanco, como alguien impune pese al reconocimiento de sus corruptelas que le permitían beneficios al cooperar con la FGR.
La Unidad de Inteligencia Financiera y la empresa productiva del Estado, Pemex, apoyaron la petición. El juez consideró procedente la prisión preventiva porque no se había concretado el criterio de oportunidad, recurso cuya cooperación con las autoridades permite penas menores o beneficios como la libertad condicional.
El juzgador concluyó y agentes de la Guardia Nacional arrestaron a Lozoya para ingresarlo tras las rejas. Zúñiga instruyó a que se garantice la seguridad del ex funcionario, porque en el centro penitenciario están otros acusados por él.
A lo largo de cinco horas de comparecencia, los fiscales argumentaron que el acusado se había exhibido sin el menor pudor procesal, tras ser captado en un restaurante lujoso en la capital del país, y ya había prolongado en reiteradas ocasiones el tiempo para presentar evidencias sobre sus presuntos cómplices en el caso de corrupción que ha sacudido a decenas de países en América Latina. Lozoya Austin se creía impune, agregó uno de los funcionarios de la FGR.
Previamente, el exfuncionario tomó la palabra, dijo que es inocente y estaba llegando a un acuerdo con la FGR para reparar el daño aunque no tuviera responsabilidad, porque en su denuncia de hechos del año pasado relató que fue utilizado por personajes como el expresidente Peña Nieto y uno de los colaboradores más cercanos de este último, Luis Videgaray. Pero sus palabras no terminaron por convencer a la autoridad judicial.
Ahora se espera una nueva audiencia en que Zúñiga Mendoza le ratifique la prisión preventiva, argumente los motivos o lo deje ir, según sus alcances y colaboraciones con las autoridades.
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