El presidente Andrés Manuel López Obrador se retiró de Palacio Nacional con su esposa, la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, luego de emitir un mensaje donde aseguró que se encuentra en buen estado de salud tras pasar la noche en el Hospital Militar por una intervención médica programada.
Desde que dio positivo por segunda vez a COVID-19, el pasado 10 de enero, la pareja y el hijo adolescente de ambos, Jesús Ernesto, se retiraron del mandatario a la casa que tienen en Tlalpan y donde este medio día volvió el tabasqueño para convivir en fin de semana, como acostumbra cuando no realiza giras al interior de la república.
“Sano y salvo. Gracias a todos por sus muestras de cariño, apoyo y buenos deseos. ¡Seguimos!”, compartió en redes la Primera Dama.
La escritora llegó por la mañana en una camioneta blanca e ingresó por la puerta principal de Palacio Nacional, saludando con la V de la victoria a los reporteros que estaban atentos. Luego estuvo en la grabación del presidente en sus oficinas para después conducir el clásico Jetta rumbo al sur de la Ciudad de México.
Gutiérrez Müller agradeció en redes el apoyo y los buenos deseos por la pronta recuperación de López Obrador al pasar de nueva cuenta contagiado de coronavirus, en especial, por la variante Ómicron. Tras la prueba que arrojó la enfermedad, ella se mantuvo aislada con su hijo, pues también viven en Palacio Nacional con el mandatario.
Compartió alrededor de cuatro fotografías junto a su esposo, abrazándolo, con un beso de cariño, mientras emitía su informe a la nación y cuando ya estaban dentro del vehículo ella tomó una selfie, previo a dirigirse a pasar un rato fuera del trabajo en familia.
En un video difundido en redes se mostró el trayecto del presidente en el asiento del copiloto con el cubrebocas, pero no se había visto quien manejaba. Transitaban lento por las calles del Centro Histórico, donde abunda el tráfico y se han establecido comerciantes en casi todas las banquetas, de ahí que el presidente fue captado a vuelta de rueda, antes de tomar una avenida principal.
Desde su conferencia matutina este 21 de enero, no se sabía de López Obrador sino hasta las 16:30 horas, cuando ya llevaba seis horas en el Hospital Central Militar, según confirmó el vocero de la Presidencia de México, Jesús Ramírez Cuevas. El funcionario dijo que se trataba de algo programado.
Pero volvieron a pasar cuatro horas más para que la Secretaría de Gobernación explicara que había sido por los antecedentes de hipertensión y cardiacos. Debido a ello se le realizan estudios preventivos y rutinarios cada seis meses como análisis de laboratorio, electrocardiograma, prueba de esfuerzo y/o tomografía.
En esta ocasión requirió de un cateterismo, pero pasó toda la noche en observación para regresar por la mañana de este sábado a Palacio Nacional y reportarse a los mexicanos. Aunque estaba hospitalizado, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, aseguró que el presidente estaba fuerte y sano en arterias, como en funcionamiento del corazón.
Ya de vuelta a las redes, López Obrador explicó que ingresó al nosocomio castrense para que le hicieran un cateterismo cardiaco luego de que hace 15 días se hizo una prueba de esfuerzo como parte de su supervisión tras padecer hace ocho años un infarto, por lo que la intervención era necesaria.
Recordó que el cateterismo cardiaco ya estaba programado pero que su contagio de SARS-CoV-2 retrasó el procedimiento médico. Entonces acudió tras haberse recuperado, aunque en medios causó revuelo que estuviera siendo intervenido. Agradeció al personal militar que lo trató y dijo que no había ningún malestar de qué preocuparse, pero reveló que tiene un Testamento Político para garantizar la gobernabilidad del país en caso de que perdiera la vida.
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