N95, KN95 o de tela: Cuál es el mejor cubrebocas para combatir al Ómicron, según experta

Aunque lo ideal sería utilizar los N95 o KN95, estos pierden eficacia a las 4 horas, por lo que debe cambiarse constantemente y no todos tienen acceso a ellos

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La pandemia por COVID-19 ha hecho que las personas busquen la mejor forma de protejerse. REUTERS/Jon Nazca
La pandemia por COVID-19 ha hecho que las personas busquen la mejor forma de protejerse. REUTERS/Jon Nazca

El COVID-19, y en especial la variante que se está viviendo en la actualidad, y que ha logrado romper los récords de contagios en varias ocasiones, ha hecho que la gente se trate de proteger mas, pues la variante Ómicron, es sumamente contagiosa.

Es por ello que se han buscado las mejores opciones para evitar el contagio, como cargar con gel antibacterial, lavarse las manos de manera frecuente, tener sana distancia en los espacios públicos y usar cubrebocas de manera correcta, cubriendo nariz y boca.

Este último elemento, el cubrebocas, es de mucha utilidad para evitar contagios, sin embargo, las personas se han llegado a preguntar cuál es el que mejor sirve. En la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sandra Redil Posada, investigadora del Instituto de Investigaciones en Materiales, aclaró que los cubrebocas no son menos o más efectivos dependiendo de la variante, pues el virus tiene la misma medida, sin importar que sea Alfa, Delta, Ómicron, o cualquier otra.

La investigadora aseguró a la Gaceta de la UNAM que cualquiera de los cubrebocas es mejor que nada, pues a pesar de que se piensa que podrían dar una falsa seguridad, la realidad es que cualquier tipo de cubrebocas evita, al menos, las partículas más grandes que se emiten cuando las personas hablan o tosen. “Al impedir que se transmitan, ayudamos a que la otra persona con cubrebocas esté protegida”, aseguró.

Personas con cubrebocas caminan hoy por el centro histórico en la Ciudad de México (México).  EFE/Madla Hartz
Personas con cubrebocas caminan hoy por el centro histórico en la Ciudad de México (México). EFE/Madla Hartz

Referente a cuál de los cubrebocas resulta ser mejor, la investigadora explicó que es difícil responder a esto, pues si todos tuvieran acceso al KN95 o al N95 sería lo ideal, sin embargo, esto no es posible. Explicó que sirven bien los de tela de tres capas, pues estas dan bastante eficiencia, de un 50%.

“Es difícil contestar en general cuál es mejor o cuál es el que todos deberían usar, porque si todos tuvieran acceso a N95 o KN95 sería la recomendación, pero sabemos que no será posible. En ese sentido, sirven los de tela con tres capas, que es lo que debemos asegurar. Las tres capas dan bastante eficiencia, de alrededor de 50 por ciento, y se ha demostrado que es bastante bueno para el público en general que no está expuesto a un contacto tan directo con personas enfermas”, dijo.

También mencionó que la diferencia entre los tipos de cubrebocas que existen, que son KN95, N95, KF94 y FFP2, es únicamente la certificación. KN95 es la certificación de origen chino, KF son de Corea, las N son de Estados Unidos. En México también se usa la N, que es la norma mexicana. Los europeos son FFP, el FFP2 es equivalente al N95.

“Las normas son muy similares y miden qué tanto el cubrebocas o el material filtrante puede atrapar partículas en un intervalo cercano al tamaño de los virus. Normalmente, se trabaja tres micras, que es el valor que se reporta por lo general. Se utilizan partículas que sean de ese tamaño y se mide qué tan eficiente es para filtrarlas. Esto es lo que da lugar al 95, al 94, es decir, 95 o 94 por ciento de filtración. Estos cubrebocas, si cumplen con estas normas, cubren ese mismo intervalo de medición. Entre ellos son equivalentes”, dijo Redil Posada.

Decenas de personas con cubrebocas caminan por una de las principales calles del Centro Histórico en Ciudad de México (México). Imagen de archivo. EFE/ Mario Guzmán
Decenas de personas con cubrebocas caminan por una de las principales calles del Centro Histórico en Ciudad de México (México). Imagen de archivo. EFE/ Mario Guzmán

“En el caso de los N95, KN95 y FFP2, que son los que llamamos respiradores o mascarillas de alta eficiencia, están diseñados para filtrar 95 por ciento las partículas y aerosoles emitidos de los tamaños más pequeños. Son los que nos dan la mayor protección posible. El KF94, de origen coreano, filtra 94 por ciento. El problema que tenemos aquí es que debemos considerar que son desechables y de un sólo uso, su diseño está pensado para que se utilice alrededor de cuatro horas. Después de ese tiempo la eficiencia va decayendo.”

Mencionó que si se va a usar un cubrebocas N95 toda una semana, realmente no se está obteniendo la protección deseada, pues no se está utilizando de manera adecuada, ya que luego de cuatro horas pierde efectividad. “Pero debo usarlo adecuadamente y cambiarlo cada determinado tiempo. Las nuevas variantes piden que mejoremos la protección que estamos utilizando, porque además de que hay muchas más personas infectadas, el virus se reproduce más rápido”, explicó.

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