Luego de la visita de Jennifer Granholm a México, la secretaria de energía de Estados Unidos expresó que existen inquietudes en su gobierno debido a la reciente Reforma Energética impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
La ex gobernadora del estado de Míchigan afirmó que en cada reunión que sostuvo con los altos líderes mexicanos, dejó en clara la postura de que existen “preocupaciones reales” por parte de la administración encabezada por el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris, principalmente por el “posible impacto negativo de las reformas energéticas en la inversión privada de los Estados Unidos”.
“La reforma propuesta también podría obstaculizar los esfuerzos conjuntos entre Estados Unidos y México en materia de energía limpia y clima”, se leyó en un comunicado compartido a través del portal oficial de la Secretaría de Energía de Estados Unidos, por lo que afirmó que “debemos mantener y mejorar los mercados energéticos abiertos y competitivos que beneficien a América del Norte”.
Debido a la intranquilidad que prevalece en los intereses estadounidenses, los funcionarios mexicanos, encabezados por AMLO y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, pactaron una revisión a la Reforma Energética con la finalidad de solventar los desacuerdos.
“Se me aseguró que México está comprometido a apoyar la energía limpia y resolver las disputas actuales con los proyectos energéticos dentro del estado de derecho”
Granholm agradeció el diálogo abierto que existió por parte del gobierno mexicano sobre el futuro energético de las dos naciones y expresó que “Estados Unidos valora mucho” esta relación, ya que “ve una tremenda promesa de que la energía renovable impulse la competitividad de América del Norte”.
Desde noviembre de 2021 se recibieron quejas por parte de empresarios estadounidenses referentes a la reforma energética de AMLO. Mediante una carta, un grupo de 40 legisladores de Estados Unidos solicitaron al presidente Biden que tomara cartas en el asunto, pues las modificaciones atentarían con la participación de empresas norteamericanas en los sectores energéticos de México.
Además de que catalogaron la reforma como una violación al Tratado de Libre Comercio (TLC), expresaron su preocupación porque perjudica a la sustentabilidad y bloquea la participación del sector privado en los mercados de combustibles.
Desde entonces, el canciller Ebrard y la secretaria de Energía de México, Rocío Nahle, han trabajado en conjunto con el embajador estadounidense Ken Salazar y algunos empresarios representantes para resolver algunas de las cuestiones que preocupan a este sector.
La reforma energética limitaría el 46% la participación privada en la generación eléctrica, con el objetivo de favorecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mediante la limitación a empresas privadas, por lo que el embajador señaló el pasado 9 de noviembre que “las empresas están preocupadas”.
“Tenemos que ver cómo va a caminar porque las empresas que han invertido en energía renovable, con el respaldo de los Estados Unidos, han invertido más de USD Mil millones”, afirmó.
Por esta razón, la visita de dos días a México por parte de Jennifer Granholm, apoyada en sus recientes declaraciones, representan la primera postura oficial de Estados Unidos ante la Reforma Energética de López Obrador.
Adicionalmente, la secretaría estadounidense afirmó que “México está bendecido con una abundancia de energía renovable potencial”, por lo que expresó el entusiasmo de su gobierno por trabajar de la mano para alcanzar los objetivos climáticos “hacer crecer una economía de energía limpia competitiva y diversificada”.
SEGUIR LEYENDO: