El presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que ingresar este viernes al Hospital Central Militar de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), en la Ciudad de México; sin embargo, no habría sido por un motivo de urgencia.
Y es que Jesús Ramírez Cuevas, vocero de la presidencia, informó a través de su cuenta de Twitter que esta mañana se sometió a una revisión médica de rutina programada, sin dar más detalles.
Al respecto, el periodista Irving Pineda, señaló que consistió en una revisión con especialistas del área de cardiología.
De hecho, en las inmediaciones del centro de salud, sobre Boulevard Manuel Ávila Camacho, en la alcaldía Miguel Hidalgo, no se registró movimiento ni vigilancia más allá de lo habitual.
Luego de las 17:00 horas, varios medios de comunicación dieron a conocer que López Obrador ya no se encontraba en el hospital.
Esta mañana el presidente encabezó su conferencia de prensa; incluso informó que permanecería en Palacio Nacional, por lo que su gira de trabajo habitual por estados se aplazaría una semana más.
Cabe mencionar que el pasado 10 de enero el mandatario de 68 años dio a conocer que se contagio por segunda vez de COVID-19. Sin embargo, al siguiente día señaló a través de un video que sus síntomas fueron leves, que no presentó calentura y que tuvo buena oxigenación.
“No tuve malestar de cuerpo. Dos días ronquera y ardor en la garganta, básicamente eso”
Incluso, el pasado 17 de enero el mandatario volvió a la conferencia de prensa matutina.
Un infarto y problemas en las cervicales, su historial médico
Independientemente del COVID-19, no es la primera vez que el político tabasqueño le hace frente a una premura en su salud.
Durante la madrugada del 3 de diciembre de 2013, AMLO fue internado en el hospital privado Médica Sur, en la zona de hospitales de la Ciudad de México, por un infarto agudo al miocardio, parte musculosa del corazón situada entre el pericardio y el endocardio.
En aquella ocasión, Patricio Ortiz, el cardiólogo a cargo de atender a López Obrador hizo de carácter público que el político fue sometido a una intervención coronaria y que su evolución fue favorable.
Durante los meses siguientes, medios de comunicación dieron seguimiento a la salud de AMLO y la respuesta obtenida por parte de él fue siempre la misma: que después del periodo de reposo, cambió ciertos hábitos para mejorar su salud y que desde entonces no ha tenido complicaciones relacionadas a la falla notificada por el hospital privado.
Años después, el 9 de octubre de 2018, durante el periodo en el que ya se había ratificado su victoria electoral antes de tomar protesta como presidente, se dio a conocer que López Obrador se había sometido a un proceso quirúrgico relacionado a un dolor en el cuello.
De acuerdo con la columna Historias de Reportero, del periodista Carlos Loret de Mola, fuentes cercanas al actual mandatario nacional explicaron que se le tuvieron que quemar las terminaciones nerviosas de las cervicales del cuello por un fuerte problema de dolencias en la zona.
Loret de Mola aseguró que ese era el motivo de la postura encorvada de AMLO durante los últimos mítines de su campaña victoriosa rumbo a la presidencia; sin embargo, el incidente no pasó a mayores y la salud del presidente no se vio afectada.
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