Pedro Salmerón, recién nombrado embajador de México en Panamá por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cerró su cuenta de Twitter tras la polémica que generó la designación dada a conocer por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) el pasado 17 de enero y luego de que colectivas feministas y usuarias de esta red social recordaran las acusaciones que pesan en su contra por acoso sexual.
Asimismo, organizaciones y activistas feministas lanzaron una carta pública en la que demandaron al presidente mexicano y al canciller Marcelo Ebrard, rectificar y retirar el nombramiento; también se utilizó el hashtag #UnAcosadorNoDebeSerEmbajador con la finalidad de pedir al Senado de la República que se rechace tal ratificación.
Cabe destacar que, antes de eliminar su cuenta, el también historiador se defendió de las acusaciones que hay en su contra e incluso compartió en redes sociales la evaluación realizada por alumnos del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) para reiterar que no tiene ningún comentario relacionado con los señalamientos sobre acoso.
Aunque esta rúbrica la compartió en Twitter, cuya cuenta dejó de existir; también exhibió los resultados de su evaluación en Facebook, plataforma en la que sigue activo y en la que hizo públicos los comentarios de su desempeño docente desde el año 2005 hasta 2018.
“La evaluación es obligatoria y anónima. Al final del formulario hay una página en blanco donde escriben libremente sus observaciones. Pues bien: no hay en ellas, en ninguna de ellas, ni la más mínima alusión a ningún acto ya no de acoso: ni siquiera, remotamente equívoco”, reiteró Salmerón Sanginés.
Aunado a este comentario, el funcionario sostuvo que “mientras no existan denuncias ante las autoridades competentes y todo sea linchamiento en redes”, tal y como lo mencionó López Obrador durante su encuentro con la prensa el pasado 18 de enero.
Al respecto, el mandatario insistió que no se cuenta con denuncias formales contra el historiador, esto a pesar de notificarle los señalamientos públicos en su contra levantados ante la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el ITAM y al interior del Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Durante su conferencia matutina, AMLO negó que las denuncias públicas sean suficientes “para hacer justicia” a las víctimas, pues, recalcó, son susceptibles a emplearse como “golpeteos políticos”, especialmente si el presunto agresor se desempeña en el servicio público o diplomacia.
“No se puede juzgar a nadie si no hay pruebas (...) Cualquier gente que no sea bien visto por los medios, lo destruyen. Son campañas de linchamientos. No juicios sumarios y más cuando se trata de juicios políticos”, expresó el tabasqueño.
En septiembre de 2020, Estefanía Veloz dio a conocer que, ella y otras siete mujeres militantes del Morena interpusieron una queja por acoso en contra de Salmerón al interior del partido guinda.
Según la activista, Salmerón tuvo un modus operandi muy similar con todas las víctimas, pues durante sus visitas a diferentes estados de la república en la precampaña del ahora mandatario mexicano “acosaba e insultaba (públicamente) a quienes lo rechazaban”.
A estas acusaciones se suman las del ITAM en 2019. A través del movimiento Me Too, alumnas de la institución universitaria acusaron al académico de no ser profesional y rozar en el hostigamiento en su trato con mujeres, lo cual provocó que renunciara a su cargo.
Otro de sus escándalos ocurrió en Morena cuando solicitó a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia la expulsión de cuatro diputados de la bancada en San Lázaro, luego de que éstos lo votaran como persona non grata.
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