La llegada de Omicrón, variante del COVID-19, a México, ubicada a inicios del pasado mes de diciembre, detonó la cifra de contagios registrados a diario a nivel nacional, hilando varios récords tan solo en la última semana. El motivo principal al que achacan dicho fenómeno en los números es que esta cepa es mucho más contagiosa que las anteriores. Pero, tomando en cuenta el comportamiento que esta variante tutvo en Sudáfrica, donde se ha apuntado su origen, un especialista prevé que, muy probablemente, el nivel de contagio en el territorio mexicano se desacelerará dentro de una semana más.
“Si comparamos lo que sucedió en Sudáfrica con #Omicron con lo que esta viviendo México, podríamos asumir que nos falta una semana de ata contagiosidad y después el # de casos empezará a bajar. Cuidemonos esta semana y la que sigue. Saldremos adelante”, señaló a través de su cuenta de Twitter el Dr. Francisco Moreno Sánchez, junto con la imagen de dos gráficas que demuestran la dinámica diaria de la cepa en ambos países.
Hasta este martes, en México se reportaron un total de 4 millones 434 mil 758 casos totales acumulados desde que inició la emergencia sanitaria. En cuanto al número de fallecimientos, hasta el día de hoy se reportó un total de 301 mil 789 defunciones. Y con 49 mil 343 nuevos contagios de COVID-19, se fijó un nuevo récord de casos diarios.
Apenas hace unos días, otra especialista, Laurie Ann Ximénez-Fyvie, Doctora en Medicina de Harvard, decía que todavía “se está especulando y hay mucho que todavía no sabemos” sobre Ómicron. Partiendo por el hecho, indicó, de que “no hay ninguna evidencia de que Ómicron sea menos agresiva que otras variantes del virus SARS-CoV-2″. Y aunque lo fuera, supuso, el simple hecho de que sea más contagiosa, ya la hace más grave que cualquiera de las variantes anteriores puesto que apunta a una mayor pérdida de vidas.
Hasta este momento, se estima una cifra menor de fallecidos a nivel nacional por Omicrón, en comparación con las otras variantes como Delta. Sin embargo, para la también jefa del Laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Odontología de la UNAM, eso se debe a dos causas que distan del supuesto de que esta cepa sea menos peligrosa.
La primera razón, explicó, responde a la cronología. “Para ver las defunciones aparecer pasan semanas desde que se registran los contagios, y el espacio entre el reporte de casos y defunciones se ha ido ampliando conforme la pandemia ha ido progresando”. Es decir, todavía faltarían algunas semanas para conocer el verdadero impacto letal de Ómicron. Además, advirtió, es imposible que el aumento tan acelerado de contagios “no vaya de la mano con la ocupación hospitalaria”.
México confirmó su primer caso de la variante el pasado 3 de diciembre. Durante la última semana de ese mes, de acuerdo con datos del Global Initiative on Sharing All Influenza Data (GISAID), los casos de la nueva cepa se quintuplicaron en territorio mexicano.
Mientras que el otro factor que ubicó la científica son las vacunas, cuya función no es evitar el contagio, subrayó, sino evitar la enfermedad severa y la muerte. “Ómicron es la primera variante que entra fuerte, pero encontrando una población que ya está masivamente vacunada. Y pues las vacunas hacen su trabajo y salvan vidas”. Los no vacunados entonces podrían enfernarse de esa variante con la misma gravedad que los primeros casos del virus.
En tanto, ante las alza en casos positivos de COVID-19, el Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo, informó que se han destinado alrededor de 500 millones de pesos para lograr adquirir la mayor cantidad posible de pruebas que detectan el virus del SAR-CoV-2.
“El año pasado destinamos para pruebas de COVID cerca de 500 millones de pesos, más o menos (…) entre 400 y 500 millones de pesos, para que vean la inversión que se hizo nada más en pruebas, sin cuantificar todo el apoyo que se dio al personal de Salud”, declaró Sheinbaum Pardo.
De acuerdo con las autoridades capitalinas, el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) ha proporcionado recursos y pruebas de a la CDMX, para poder atender la demanda ciudadana. Asimismo, detalló que se han realizado subastas inversas para negociar el precio de los tests para ampliar el número de muestras.
“Las pruebas de antígeno costaban casi 200, 220 pesos por unidad, fuimos la primera entidad que las compró, de hecho, la compramos antes que cualquier otra entidad federal o subnacional en el país y hemos venido renegociando esos precios. En esta última compra que hicimos el costo al erario de cada prueba son 69 pesos por prueba y hemos venido haciendo subastas inversas, semana con semana, en esta última etapa bajamos de 83 pesos a 69 y, en la previa, de 112 a esos 83; es decir, las pruebas cada vez son más baratas”, precisó Eduardo Clark, director general de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) de la CDMX.
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