Alejandra Cuevas (68 años, Ciudad de México) sigue en prisión. En dos ocasiones, previas a la administración actual, la justicia capitalina decidió que no procedían los cargos en su contra. Su defensa ha respaldo esa postura con pruebas sólidas. Aún así, desde octubre de 2020 fue encarcelada acusada por el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, de la muerte de su hermano Federico, quien por casi medio siglo fue pareja sentimental de su madre Laura Morán, de 94 años de edad. Su caso ahora está en la Suprema Corte donde (se supone) se decidirá en las siguientes semanas. Mientras, la indignación por su situación aumenta. Y ahora escaló hasta el Senado. La legisladora panista, Lilly Téllez, emitió un exhorto simple al fiscal: que deje de usar la institución a su cargo para asuntos personales.
“La Comisión Permanente del honorable Congreso de la Unión, atenta y respetuosamente, exhorta al fiscal general de la república, Alejandro Gertz Manero, para que cumpla con las facultades constitucionales y legales que tiene, garantice la protección de los derechos humanos y que no utilice a la institución en ningún asunto personal, especialmente, el relacionado con la señora Alejandra Guadalupe Cuevas Morán”, se lee al inicio de la petición publicada este miércoles en la Gaceta Parlamentaria.
Entonces la senadora hizo un recuento del caso al que Infobae ha dado puntual seguimiento.
El hermano del fiscal mexicano murió en septiembre de 2015. La autopsia señaló prácticamente el deterioro de su salud como la causa del deceso. Alejandro Gertz Manero acusó a la pareja de su hermano, Laura Morán, y a sus hijas Alejandra y Laura –suegra de Alfredo del Mazo, casi enseguida desapareció su nombre de la acusación– de homicidio por omisión de cuidados a Federico.
La denuncia fue archivada dos veces por la justicia de la Ciudad de México. En ambas ocasiones se concluyó que no había elementos que evidenciaran la responsabilidad de las acusadas. En 2020, luego de que Alejandro Gertz Manero fuera designado a cargo de la FGR, la demanda procedió y se retomó la acusación. El 25 de septiembre se ejerció acción penal y el 2 de octubre se libró la orden de aprehensión en contra de ambas señaladas. Dos semanas después Alejandra fue detenida mientras circulaba en un coche por Paseo de la Reforma.
Alejandra Cuevas fue sentenciada con un auto de formal prisión, mismo que la Cuarta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México confirmó en febrero de 2021. Homicidio por omisión, es el delito que le imputan a Alejandra Cuevas. Dicha acusación requiere que se compruebe que la señalada era garante de la víctima, es decir, quien estaba a cargo de sus cuidados. Los argumentos de la sentencia referían a Alejandra como garante de Federico. Pero la única que desempeñaba ese rol era su madre, Laura. Dentro de sus posibilidades y asistida por el personal de salud que tenía contratado ella, de 88 años de edad en ese entonces, llevaba a Federico a consultas y le compraba los medicamentos que le recetaban. Para que la persona garante pueda ser acusada se debe tomar en cuenta la posibilidad de salvamento, o sea la posibilidad física para actuar en el momento del peligro.
Posterior a la detención de su madre, los hijos de Alejandra –como han dado a conocer desde el primer momento– trataron de negociar su liberación con Gertz Manero, intento en el que entregaron desde obras de arte hasta la renuncia de su abuela a la pensión que Federico le había dejado. Pero no fue suficiente. Incluso, han reiterado en diversas ocasiones Ana Paula, Alonso y Gonzalo, el fiscal les llegó a exigir que se incriminaran en el mismo delito, a lo que no sucumbieron.
A mediador del pasado septiembre, la Juez Quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México, consideró que la acusación en contra de ambas mujeres era inconfruente, por lo que otorgó un amparo que dejaba sin efecto las órdenes de aprehensión en su contra. Días después la Fiscalía General de la República (FGR), dirigida por Alejandro Gertz Manero, impugnó el amparo.
Entonces tres magistrados del Primer Tribunal Colegiado de Materia Penal del Primer Circuito de la Ciudad de México iban a decidir si el recurso procedía o no. A efectos prácticos, había una alta posibilidad de que Alejandra Cuevas recuperara entonces su libertad... hasta que en un giro inesperado, en su calidad de fiscal, Gertz Manero pidió que lo atrajera la Suprema Corte.
“Es improcedente”, reclamaba entonces su defensa y su familia. Argumentaban el artículo 40 de la Ley de Amparo que permite que la Corte atraiga un caso solo “cuando por su interés y trascendencia lo ameriten”, cosa que no pasa con el caso de Alejandra que es entre particulares, es decir, no hay un solo interés de la nación metido ahí.
Pero el ministro presidente recalcó, a principios de este mes, en respuesta a Ana Paula, Alonso y Gonzalo Castillo Cuevas –hijos de Alejandra–, que una de las razones por las que el caso de su madre fue enviado a la Corte es reservar la objetividad de su resolución, “para que ninguna de las dos partes puedan alegar que se resolvió por influencia de nadie”.
En tanto, la senadora Lilly Téllez, en su exhorto a Gertz Manero, emitió un único punto de acuerdo que engloba y reitera su pedido:
“Se exhorta al fiscal general de la república, Alejandro Gertz Manero, para que cumpla con las facultades constitucionales y legales que tiene, garantice la protección de los derechos humanos y que no utilice a la institución en ningún asunto personal, especialmente el relacionado con la señora Alejandra Guadalupe Cuevas Morán”.
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