Wilson Ramos, el niño de Guatemala que quería aprender inglés y murió en el accidente de migrantes en Chiapas

Para evadir agentes de migración y delincuencia organizada, muchos migrantes prefieren pagar a traficantes de personas que los trasladan en vehículos de carga en condiciones de hacinamiento y sin alimentos ni agua

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Las niñas sostienen una foto de Wilson Ramos durante su funeral en el pueblo de El Boquerón  (Foto: Reuters)
Las niñas sostienen una foto de Wilson Ramos durante su funeral en el pueblo de El Boquerón (Foto: Reuters)

Hace poco más de un mes Wilson Ramos, un adolescente de 13 años, partió de Guatemala huyendo de la pobreza y violencia, en busca de llegar a los Estados Unidos con el sueño de aprender inglés y así encontrar un trabajo con el que pudiera apoyar económicamente a su familia.

Pero ese sueño se rompió la tarde del 9 de diciembre de 2021 cuando el tráiler en el que viajaba en condiciones de hacinamiento, junto a más 150 migrantes centroamericanos, volcó sobre la carretera Tuxtla Gutiérrez-Chiapa de Corzo, en el estado de Chiapas, impactando contra el muro de un puente peatonal. Como consecuencia, la caja se desprendió del tractor y giró sobre el asfalto, lo que provocó que los migrantes salieran proyectados hacia la cinta asfáltica.

Wilson Ramos fue una de las 55 víctimas mortales, entre las que se encontraban varios menores de edad.

El pasado 13 de enero, sus restos (y los de otros 19 guatemaltecos) fueron repatriados después de un desgastante proceso diplomático, y este viernes su familia lo sepultó en la aldea El Boquerón, en el departamento de Quiché, a unos 250 kilómetros al noroeste de la ciudad de Guatemala.

Tomasa sostiene una foto de su hijo Wilson frente a su ataúd durante su funeral (Foto: Reuters)
Tomasa sostiene una foto de su hijo Wilson frente a su ataúd durante su funeral (Foto: Reuters)

Karina Ramos, hermana de Wilson, le confesó a la agencia EFE que su familia le dijo en varias ocasiones “No te vayas a ir, ¿para qué te vas a ir?”, pero no lograron hacer nada para evitarlo.

“Se fue porque quería estudiar y aprender muchos idiomas. Soñaba con hablar inglés”

La joven de 20 años de edad reveló con tristeza que el pasado 1 de enero su hermano había cumplido 14 años; incluso, varios familiares en EEUU planearon festejarlo.

“Ya nos cansamos de la tristeza. Hasta queremos llorar pero ya no nos salen las lágrimas. Lo vamos a superar pero nos vamos a tardar”, contó.

Las otras dos despedidas

El accidente dejó hasta el medio día del  viernes al menos 55 migrantes muertes
El accidente dejó hasta el medio día del viernes al menos 55 migrantes muertes

Además de Wilson, otros dos migrantes fallecidos en el accidente en el sureste de México fueron sepultados ese día en la aldea El Boquerón: Alicia Huarcas, una niña de 16 años, y Pedro Ximún, de 33.

En las últimas semanas, en total han sido repatriados desde México los cuerpos de 38 guatemaltecos fallecidos en el accidente.

Además, de acuerdo con las autoridades mexicanas, todavía hay casi 120 heridos, en su mayoría guatemaltecos, aunque también de El Salvador y República Dominicana.

Cada año más de 500 mil personas provenientes de Guatemala, El Salvador y Honduras toman precisamente la misma decisión de cruzar México y migrar a EEUU en busca de mejores condiciones de vida.

Fotografía de archivo que muestra a un grupo de migrantes viajando en un vehículo durante una caravana que se dirige a Ciudad de México, en el estado de Chiapas (México). EFE/ Juan Manuel Blanco
Fotografía de archivo que muestra a un grupo de migrantes viajando en un vehículo durante una caravana que se dirige a Ciudad de México, en el estado de Chiapas (México). EFE/ Juan Manuel Blanco

Sin embargo, la gran mayoría no lo logra al encontrar diversos obstáculos, como agentes aduaneros en las principales vías de comunicación; o incluso, grupos del crimen organizado, quienes aprovechan su vulnerabilidad para extorsionarlos.

Por ello, en los últimos años los migrantes han optado por salir caminando en multitudinarias caravanas desde Chiapas, pero otros prefieren pagar a traficantes de personas que los trasladan hasta la frontera norte en vehículos de carga, a menudo en condiciones de hacinamiento y sin alimentos ni agua.

Lo peor es que estos servicios ilegales no les garantizan que lleguen a su destino, pues en su camino han sucedido tragedias que terminan con sus vidas. En este caso, presuntamente se debió a que el conductor, quien se dio a la fuga, perdió el control en una curva por viajar con exceso de carga y velocidad.

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