A muchas personas les asusta el hecho de empezar a envejecer y sin duda, las canas son una de las señales que empiezan a dar aviso de que algo en el cuerpo está cambiando. No obstante, no siempre tiene que ser sinónimo de vejez, ya que hay otros factores que intervienen en la aparición de cabellos blancos.
Las canas surgen debido a la disminución de melanina en el cuero cabelludo, este factor provoca que el cabello comience a perder su pigmentación y que empiece a cambiar su color a un tono más claro, normalmente se transforma a gris o blanco. Cabe destacar, que de acuerdo con el dermatólogo español Ramon Grimalt, la verdadera tonalidad de éstas es amarilla, sin embargo, es “la refracción de la luz la que hace que se vean blancas”.
Es importante aclarar que la melanina es el “tinte natural” que se encarga de pintar el cabello, el iris del ojo y la piel, de hecho, también es la sustancia encargada de que surjan pequeñas manchas en la piel como las pecas y los lunares. En este proceso influyen las células madre y los melanocitos, otro grupo de células especializadas en dotar de coloración al cuerpo y en proteger la dermis del sol.
A parte del inevitable envejecimiento, hay diversas explicaciones médicas respecto al por qué ocurre este fenómeno, dentro de éstas destaca el estrés. Este descubrimiento se confirmó gracias al trabajo de diversos científicos estadounidenses y brasileños, quienes dieron a conocer la información a través del medio inglés Nature, una de las revistas científicas más destacadas y reconocidas a nivel mundial.
Los investigadores de las universidades de Harvard y São Paulo trabajaron con ratones y se percataron de que después de haber sido expuestos a un intenso “estrés las células madre que controlan el color de la piel y el cabello, se habían dañado”.
La explicación que se dio en torno a los resultados fue que la excesiva ansiedad en los roedores provocó la liberación de adrenalina y cortisol. Estas hormonas causaron un notable aumento en su presión arterial que afectó al sistema nervioso y dio como resultado una tensión muy aguda. Esta situación “aceleró el agotamiento de las células madre que producían melanina en los folículos capilares. Y, así, el pelo se les puso blanco”.
El profesor encargado de guiar la investigación, Ya-Cieh Hsu, declaró en una entrevista para la British Broadcasting Corporation (BBC): “Ahora sabemos con certeza que el estrés es responsable de este cambio específico en la piel y cabello, y cómo funciona”.
También especificó que como una de las funciones principales de las células madre es contribuir a la pigmentación del folículo piloso, una vez que éstas se empiezan a perder, ya no hay vuelta atrás. Así que una de las soluciones para evitar el surgimiento prematuro de las canas, es tratar de realizar actividades recreativas que permitan que el cuerpo se libere del estrés acumulado.
No obstante, es importante recalcar que en ocasiones, los mechones blancos pueden aparecer en jóvenes debido a una predisposición genética. Cuando esta es la causa, aunque se tenga una vida alejada de tensiones, será inevitable detener este proceso. También enfermedades como el vitíligo pueden provocar que el cabello empiece a tornarse blanco.
Por otra parte, Ramon Grimalt recalcó que otros factores que influyen son: la falta de antioxidantes y vitaminas como el hierro, cobre o zinc; ” el hipotiroidismo o la patología del síndrome de Werner”, la poca higiene en el pelo y el uso excesivo de agua caliente a la hora de las duchas.
Finalmente, múltiples sitios especializados en dermatología señalan que el uso excesivo del peróxido de hidrógeno y de la secadora de cabello pueden influir en el estado del cuero cabelludo, al igual que el consumo de tabaco y de algunos medicamentos contraindicados.
Otros estudios han concluido que las personas de tez blanca tienden a enfrentarse más a este tipo de “problema” que las personas de piel oscura, ya que éstas últimas producen más melanina que las primeras. Lo más importante para retardar esta situación es tener hábitos saludables, revisar el historial genético de la familia y procurar cuidar la cabellera de agentes químicos agresivos.
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