La Comisión Federal de Electricidad (CFE) aseguró que los opositores a la Reforma Eléctrica, presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no pueden poseer la información completa que indique los gastos de operación de la paraestatal respecto a la generación de energía, pues la CRE brinda datos parciales.
En consecuencia, los detractores tampoco pueden asegurar que la energía producida por la comisión a cargo de Manuel Bartlett es cara y sucia, pues no tienen un punto de referencia que les permita realizar una aseveración de esa magnitud.
De acuerdo con lo referido este martes 11 de enero por la empresa productora del Estado, “los opositores han utilizado una frase atractiva, pero errónea para desprestigiarla: los costos de generación de CFE son más altos que los de los particulares”.
Para argumentar esta aseveración, la compañía eléctrica de México explicó que el precio de producción de este servicio es difícil de determinar, pues depende de muchas variables el establecer las tarifas de los consumidores finales.
Asimismo, a través de un comunicado oficial, la comisión especificó que es la única institución con esa información, pues es la única que se encarga de la generación, transportación y distribución de la energía eléctrica en México; mientras que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) no reconoce todos los costos de la CFE para determinar las tarifas, lo cual “perjudica las finanzas de esta empresa pública”.
“Los opositores de la CFE han construido una narrativa simple: la CFE es cara; los privados, no. Cuando exhiben datos que, supuestamente, respaldan esa oración no explican que para la iniciativa privada sólo consideran los costos variables y para la CFE los costos totales”
Al respecto señalaron que las energías eólica y solar han reducido sus gastos de producción; sin embargo, “cuando se publican sus cifras no se incluyen lo que cuesta hacer llegar la luz al consumidor final, el costo de elaboración de los dispositivos para generar la electricidad, los costos hundidos al dejar de operar o las externalidades que hay al desechar paneles solares y generadores eólicos”.
Por lo tanto, de acuerdo con la CFE, la utilidad de esto se manifiesta en la regulación del mercado, en donde se prioriza, gracias al modelo marginalista, los bajos costos para la generación de energía eléctrica, pero se termina pagando a todos los productores el costo de la tecnología más ineficiente o del combustible de mayor precio. De este modo, los privados se aseguran de tener alguna ineficiencia que les permite una renta extraordinaria para maximizar sus ganancias.
Además se debe de considerar que de acuerdo al marco normativo nacional, los generadores privados de energía venden su electricidad a la CFE, quien posteriormente se hará responsable de distribuirla, pero no pagan los costos reales del uso de las redes de distribución.
Es en este contexto en el que la comisión aseguró que “los centros de pensamiento y detractores de la CFE se han adjudicado una autoridad que no les corresponde”. Tal fue el caso del Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (Imco), quien numeró seis puntos contra la reforma a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), mismos que determinan que la compañía del Estado se hará cargo del 54% de participación del ramo.
1. Modifica el criterio de despacho de energía eléctrica al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y cancela los permisos otorgados al sector privado.
2. Revierte la separación horizontal y vertical de la CFE.
3. Elimina los Certificados de Energía Limpia (CEL).
4. Desaparece la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
5. Incorpora el Cenace a la estructura de la CFE. La empresa se convierte en el operador del mercado eléctrico.
6. Establece la explotación del litio como una actividad exclusiva del Estado mexicano.
Por lo que Luis Bravo Navarro, Coordinador de Comunicación Corporativa de la CFE, señaló que es desafortunado que “algunas personas y medios sin la suficiente información toman como referente esa estrategia para formarse una opinión. Pero una mentira dicha mil veces no se convierte en verdad: sigue siendo una mentira”.
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