Históricamente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), durante la mayor parte de su carrera política no ha tenido una buena relación con los empresarios, a quienes atacó en innumerables ocasiones por formar parte de la “mafia del poder”.
Sin embargo, desde que llegó a la presidencia en 2018, esta situación comenzó a cambiar. Varias veces se han reunido para dialogar sobre el futuro del país y la influencia que la clase empresarial tiene. Su comunicación mejoró tanto, que hasta en desayunos y festividades dentro de Palacio Nacional se les vio juntos, como lo ha hecho con Carlos Slim en días recientes.
Es precisamente esta diferencia la que Diego Fernández de Cevallos criticó en su columna publicada en el diario Milenio. Para el abogado, esta cercanía es importante para todos los gobiernos, porque “los empresarios y los trabajadores son partes fundamentales en la vida y en el impulso de las naciones”, aunque, a su parecer, estas conversaciones no van a avanzar.
Un primer motivo que otorgó el ex candidato presidencial del Partido Acción Nacional (PAN) es el mutuo desprecio que se tienen ambos actores. “Se detestan, se aborrecen entre ambos. Él no lo oculta en público, ellos no lo esconden en privado”, escribió.
Mientras que el segundo señaló la actitud tomada por López Obrador, quien se dedica a “agredir, injuriar, difamar, destruir, dilapidar los recursos públicos y atizar el encono social”. Esta situación, de “anarquía total”, provocó que los empresarios operen en resistencia, defendiendo sólo sus intereses e invirtiendo lo menos posible.
“No hay ley ni autoridad que los ampare de manera eficaz frente a las fechorías gubernamentales, la violencia creciente y la anarquía total. No son pocos los capitales y proyectos que han puesto pies en polvorosa y, salvo una veintena de beneficiados, los demás esperan que termine esta pesadilla”, detalló Fernández de Cevallos.
A pesar de estos aspectos que mermaron su relación, ésta no se ha roto, pues AMLO se ha dedicado a “esquilmar a los que tienen” con el objetivo de obtener dinero para el país y para “mantener y aumentar su clientela, en sumisión ominosa, con los que no tienen”.
Por ello, si antes los tildaba de ser los “saqueadores de la nación”, sin esconder nombres ni apellidos de quienes responsabilizó, ahora, en una actitud menos altanera, los indemniza tras cancelaciones de megaproyectos, les otorga nuevos y millonarios contratos, al tiempo que “los agasaja en Palacio Nacional”.
“Él y ellos ocultan públicamente sus desconfianzas y muestran la falsa alegría de la cohabitación necesaria y recíprocamente pagada. Si él no está capacitado para rectificar, a ellos no se les puede pedir que se suiciden, pero ya se verá en qué termina ese ayuntamiento cuando se recrudezcan la pobreza y la barbarie que van a todo galope”, aseguró el “Jefe Diego”.
Finalmente, el ex militante de Acción Nacional hizo un urgente llamado a “los hombres y mujeres de buena voluntad " para defender del “oficialismo cavernario” a las instituciones, como el INE y el CIDE, que son acosadas y amenazadas con su destrucción.
“Resistir para sobrevivir, conjurando las misas negras que celebra el siniestro hechicero tropical que ‘humildemente’ se solaza en el Palacio de Hernán Cortés. El acero se forja en el fuego, y las naciones en la adversidad”, sentenció Fernández de Cevallos.
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