El líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez Ortíz, El Marro, recibirá sentencia de un juez el próximo viernes 14 de enero, fecha en la cual se determinará su responsabilidad por el delito de secuestro agravado en contra de una empresaria de Celaya, Guanajuato.
Además, el procesado enfrenta otros juicios penales por homicidio en grado de tentativa y agravio de servidores públicos, delincuencia organizada y robo de combustible, estos últimos ilícitos habrían sido el motivo de su captura en agosto del 2020, pues las autoridades lo han señalado como el dirigente de la organización huachicolera con más poder en Guanajuato.
El Marro fue vinculado a proceso por secuestro el 10 de agosto del 2020, día en el cual se realizó la primera audiencia para su caso, mientras que las posteriores fueron aplazadas en diferentes ocasiones por su defensa, quienes argumentaron durante más de un año argumentando que aún no habían tenido oportunidad de revisar todas las evidencias, por lo cual se les otorgaron numerosas prórrogas en el proceso.
De la misma forma, el presunto criminal logró aplazar su fecha de condena al solicitar un amparo para protección al interior del Centro Federal de Readaptación Social Número 1, Altiplano, lugar en el cual presuntamente sufre de malos tratos y aislamiento.
Según el documento entregado por su defensa a un juez, el líder huachicolero habría sido víctima de aislamiento, segragación, tratos inhumanos y tortura; abusos cometidos en su contra al interior del penal de máxima seguridad ubicado en el Estado de México. Este amparo no procedió, ya que fue rechazado por las autoridades judiciales.
Yépez Ortiz también enfrenta un proceso por homicidio en grado de tentativa contra servidores públicos, delito del cual fue acusado tras agredir con armas de fuego a elementos del Grupo Especial de Reacción Inmediata de la Fiscalía General del Estado de Guanajuato (FGE), quienes participaron en su captura en agosto del 2020.
Mediante el operativo por el cual se logró la captura del capo, también se consiguió liberar a la empresaria que mantenía secuestrada, quien se encontraba privada de su libertad al interior de la finca del municipio de Juventino Rosas, Guanajuato, lugar el cual posteriormente fue incendiado en un evento que no ha sido aclarado por las autoridades.
El Marro era el dirigente del Cártel de Santa Rosa de Lima, la organización delictiva dedicada principalmente la ordeña y venta de hidrocarburos extraídos de ductos de Pemex, ayuda en sus inicios por funcionarios de la paraestatal, quienes estaban alineados con el presunto delincuente y posteriormente fueron desplazados e incluso ejecutados por miembros de esta organización.
El cártel consiguió adquirir una base social en diversos municipios de Guanajuato, quienes eran utilizados por la organización criminal para realizar narcobloqueos y confrontaciones con la policía cuando estas acciones eran requeridas por sus dirigentes.
Fue en 2017 cuando El Marro le declaró abiertamente la guerra a la organización dirigida por su rival, Nemesio Oseguera Cervántes, El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), con quien se disputó el llamado “triángulo de las bermudas” en Guanajuato, una zona estratégica para ambos cárteles, la cual estaba conformada por diversos municipios y localidades, entre los que destacan León, Irapuato, Salamanca, Celaya y Los Apaseos.
Tras la declaración de guerra entre El Marro y El Mencho, el estado se sumió en un profundo estado de violencia e inseguridad, pues se registraron numerosas ejecuciones y desapariciones de presuntos integrantes de ambas organizaciones criminales, así como de civiles, entre las que destaca la la masacre de 27 personas de un centro de rehabilitación para adictos a las drogas en Irapuato, crimen cometido en 2020.
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