Debido a su alta contagiosidad, Ómicron ya se ha convertido en la variante del COVID-19 predominante en México: sus síntomas similares a los de un catarro común ha derivado en la escasez de pruebas por su insaciable búsqueda para descartar el padecimiento.
Ante este escenario, Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, aseguró que esta situación deriva de una falta de pruebas a nivel mundial, por falta de la capacidad para su producción.
“Puede representar un problema para el mundo entero, porque la capacidad para fabricar (las pruebas) es limitada (...) La escasez de pruebas es mundial”.
De ahí que el epidemiólogo emitió un exhorto a someterse al test únicamente en casos necesarios y no sólo para decir o no realizar el respectivo aislamiento. En ese tenor, pidió a la ciudadanía asimilarse como paciente de enfermedad respiratoria propia de la temporada invernal, si llegara a haber síntomas.
“Si se tienen síntomas: tos, dolor de garganta, ronquera o fiebre incluso, hay que pensar que se tiene una enfermedad respiratoria.
Hacerse la prueba no va a modificar nuestra decisión de aislarnos, en lugar de correr al quiosco a hacerse la prueba, hay que quedarnos en casa”, expresó en la conferencia matutina.
“En todo momento lo que buscamos es que los recursos sean útiles para el propósito para el que están diseñados, no para paliar la ansiedad individual”.
Cabe señalar que dicho pronunciamiento fricciona con el emitido por el gobierno de la Ciudad de México (CDMX) acerca de considerarse como padeciente de COVID-19 y no de cualquier contagio respiratorio: ““En caso de presentar síntomas, es preferible asumirse como positivo, sin hacerse la prueba”, informó la Secretaría de Salud estatal.
De acuerdo con el portal estadístico Worldometer, México se encuentra entre los 60 países que menos pruebas de coronavirus hace a sus habitantes. Para dar una idea en cifras: se contabilizan ya unos 4 millones 29 mil 274 contagios desde que el virus llegó al país. Pero solo se han realizado 12 millones 515 mil 177 pruebas en total. Con 130 millones de habitantes, esa cifra resulta casi inútil para obtener una muestra objetiva. Se trata de 95 mil 551 hechas por cada millón de habitantes.
Por su parte, la Universidad Hopkins es una de las instituciones que desde el inicio de la pandemia han hecho un constante recuento estadístico, por país, de tales datos. En su última actualización, México aparece como el país con el mayor índice de mortalidad por Covid con un 7.5%. Le sigue Bulgaria con 4.1%. Y después Hungría con 3.1%. Estados Unidos o Brasil, que se encuentran en el top 3 de los países con mayor número de fallecidos, tienen porcenajes de 1.5 y 2.8, respectivamente.
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