Onésimo Cepeda Silva, obispo emérito de Ecatepec, fue intubado debido a las secuelas de su contagio de COVID-19.
Desde el pasado viernes 7 de enero el obispo fue hospitalizado de emergencia por un delicado cuadro de neumonía que presentó tras infectarse de Sars-CoV-2.
Óscar Roberto Domínguez Couttolen, actual obispo de Ecatepec, fue quien dio a conocer los pormenores de la salud del sacerdote a través de una carta.
Cepeda Silva fue internado en el hospital Mons, en donde se reportó que, a pesar de estar intubado y conectado a un respirador artificial, su salud se mantiene estable.
Tanto el actual obispo de Ecatepec como Ramón Castro Castro, secretario General de la Conferencia de Episcopado (CEM), pidieron a sacerdotes y público en general unirse en oración por la salud del líder religioso jubilado.
“Unámonos en oraciones por él y por todos los que sufren esta enfermedad, por sus familias, esperando que tengan pronta recuperación. Pidamos la intercesión de nuestra señora de Guadalupe, salud de los enfermos, por la salud y fortaleza de nuestro obispo emérito”, escribió Roberto Domínguez, actual obispo de Ecatepec.
Onésimo Cepeda Silva nació el 25 de marzo de 1937 en Monterrey, fue obispo de la diócesis de Ecatepec hasta 2012 cuando cumplió 75 años, edad obligatoria para jubilarse. No obstante, su papel como obispo en el municipio del Estado de México siempre fue duramente criticado por su alta posición económica y relaciones con grandes personajes de negocios y de la política mexicana.
Antes de tomar hábitos y dedicar parte de su vida al servicio de Dios, Onésimo Cepeda estudió derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y luego ingresó al seminario del Instituto Nuestra Señora de Guadalupe para las Misiones Extranjeras.
De acuerdo con su biografía publicada en el sitio web de la Diócesis de Ecatepec, sus primeros 33 años de vida los dedicó a ser corredor de bolsa y banquero lo que lo llevó a asociarse con Carlos Slim para fundar lo que hoy es Inbursa. No obstante, a esa misma edad comenzó su camino como sacerdote y se convirtió en el secretario particular del obispo rojo, Sergio Méndez Arceo.
Así fue como su vida pasó del capitalismo puro a difundir una teología de liberación en favor de los pobres desde la iglesia católica. El 28 de octubre de 1970 fue ordenado sacerdote, ocupó el puesto de rector del Seminario Conciliar de San José en Cuernavaca, Morelos y en 1995 el Papa Juan Pablo II lo designó como el primer obispo de la recién creada diócesis de Ecatepec.
Tras 17 años como líder religioso en el municipio, en 2012 le presentó su renuncia al papa Benedicto XVI días después de haber cumplido sus 75 años de edad. Al anunciar su retiro afirmó haber sido un “obispo rico sirviendo a los pobres” y aseguró que el tiempo que duró en el cargo se mantuvo económicamente gracias a los negocios que hizo con el magnate Carlos Slim y no de recursos de la iglesia.
El líder religioso de 1.85 metros de altura es amante del golf y solía reunirse constantemente con Slim para jugar, también se sabe que, irónicamente, es fanático de los Diablos Rojos de México y de los Diablos Rojos de Toluca. Es también un fiel seguidor de la feria taurina
El obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda Silva, no ha sido el único miembro de la elite eclesiástica en México víctima de Covid-19. El año pasado el ex arzobispo de la Arquidiócesis Primada de México, Norberto Rivera, estuvo hospitalizado durante 48 días por complicaciones respiratorias derivadas del virus Sars-CoV-2.
Durante 15 días, Norberto Rivera permaneció intubado y en terapia intensiva en un hospital privado de la Ciudad de México hasta que en marzo de 2021 fue dado de alta y continuó su recuperación desde casa. El cardenal Rivera nació en 1942 y renunció a su puesto al frente de la Arquidiócesis en México en diciembre de 2017.
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