Cuál es el significado de Iztapalapa y cómo surgió ese ese barrio de la CDMX

Iztapalapa, en la época prehispánica, era una ciudad estratégica y con algunos de los guerreros más fuertes del imperio mexica

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Iztapalapa significa "en el agua de las lajas". Foto: Museo Nacional de Antropología de México.
Iztapalapa significa "en el agua de las lajas". Foto: Museo Nacional de Antropología de México.

Sin duda alguna, una de las alcaldías más tradicionales y famosas de la Ciudad de México es la de Iztapalapa. Esta se encuentra al oriente de la capital y colinda, al norte, con Iztacalco; al sur con Tláhuac y Xochimilco; al oeste con Benito Juárez y Coyoacán y al este, con Ciudad Nezahualcóyotl, ya en el Estado de México.

El significado de la palabra Iztapallapan, el nombre original de la zona, es en el agua de las lajas. Viene del náhuatl Iztapalli y atl. La alcaldía cuenta con una superficie de 117.5 kilómetros cuadrados y es de origen lacustre, pues se encuentra asentada sobre el antiguo lago de Texcoco.

En la actualidad, como sucede en otras zonas de la capital, los ríos de autos y gente recuerdan en antiguo correr del agua. El Río Churubusco, por ejemplo, atravesaba la zona para unirse con el Río de la Piedad. Ambos se encuentran entubados en la actualidad. La calzada de La Viga era el Canal Nacional, el cual conducía sus aguas a los canales de Chalco, Tezontle, del Moral y de Garay. A este paraje lacustre se suman el Cerro de la Estrella, el Peñón Viejo y la Sierra de Santa Catarina, en donde se pueden encontrar tres volcanes: el de San Nicolás, Xaltepec y la Caldera.

Iztapalapa es un lugar de gran importancia desde la época prehispánica. Como dato para darse una idea de esto, el penúltimo tlatoani mexica y hermano de Moctezuma, Cuitláhuac, quien fue el único que pudo derrotar a los españoles en una batalla, nació en Iztapalapa, siendo hijo de Axayácatl, tlatoani de los mexicas.

Cuitláhuac, penúltimo emperador mexica, nació en Iztapalapa.  (Foto: INAH)
Cuitláhuac, penúltimo emperador mexica, nació en Iztapalapa. (Foto: INAH)

Cuitláhuac fue tlatoani de Iztapalapa. Luego de la llegada de la viruela a Tenochtitlan, el tlatoani enfermó de esta y murió. Iztapalapa era considerado, en la época de los mexicas, como uno de los pueblos más devotos al señorío azteca. Según crónicas de Bernal Díaz del Castillo, tenía una población de entre 12 y 15 mil personas a la llegada de los españoles, y entre sus guerreros se encontraban algunos de los más fuertes de todo el imperio. Es por eso que la impresionante ciudad formaba parte de las líneas de defensa del Valle de Anáhuac.

En este barrio se encontraba depositada toda la seguridad del pueblo mexica, tanto física como espiritual, pues desde este lugar se orquestaba la renovación del mundo. Cada 52 años, durante la Ceremonia del Fuego Nuevo, los habitantes de Tenochtitlan destruían sus utensilios, imágenes y objetos de culto. De esta manera se representaba el inicio del universo equilibrado y el pacto con los dioses que le dan vida al mundo. Así demostraban su fe y esperanza depositada en cada nuevo ciclo.

Otra de las razones por las que Iztapalapa era tan importante, es que era el hogar de los tlacuilos, o sea, los escribas y sabios del señorío mexica. Era desde Iztapalapa de donde salían los códices en los que se retrataba su historia. De hecho, en la actualidad se pueden encontrar unos murales en el exconvento de Culhuacán; estos fueron pintados por los últimos tlacuilos del imperio.

Cuando Hernán Cortés y sus hombres entraron a Tenochtitlan, fue por Iztapalapa, y quedaron tan fascinados con la ciudad que Bernal Díaz del Castillo la describió como una ciudad asentada en tierra firme y sobre chinampas en el lago. Esto nos da una idea de lo grande que era Iztapallapan. Para observar todo su esplendor, tuvieron que escalar hasta la cima del Cerro de la Estrella, que en 1519 era uno de los islotes que rodeaban la gran capital mexicana.

Los españoles llegaron a Tenochtitlan por Iztapalapa. Foto: Cuadro «La Llegada», de Augusto Ferrer-Dalmau
Los españoles llegaron a Tenochtitlan por Iztapalapa. Foto: Cuadro «La Llegada», de Augusto Ferrer-Dalmau

Entre el 10 de mayo y el 13 de agosto de 1521 los españoles arrasaron con todo el Valle de México. Tal vez, una de las claves de su éxito, fue comenzar destruyendo las ciudades que rodeaban Tenochtitlan. Por su importancia estratégica y de defensa, Iztapallapan fue uno de los primeros poblados en caer. Para poder sitiarla, fue necesario que los soldados llegaran por todos los flancos, incluso por agua. Los bergantines que Cortés utilizó para hacerse del Lago de Texcoco, participaron también en la Batalla de Iztapalapa, en donde la ciudad de los bellos jardines y palacios de cantera quedó reducida a escombros.

La destrucción de Iztapalapa fue el inicio de la marginalidad con la que, luego de muchos siglos, se identifica la alcaldía. Por años la ciudad quedó como pueblo fantasma, al que solo iban a parar quienes no tenían dinero o escondían algo. Pero esas tierras tenían dueños, y fueron ellos quienes la hicieron resurgir de entre las cenizas.

Aprovechando el suelo fértil del lugar, habitantes de Iztapalapa la convirtieron en un pueblo agrícola, alejado del ajetreo de la Nueva España. En los primeros trazados de la Ciudad de México, no se consideró a Iztapallapan, así que, de una u otra forma, era una ciudad de nadie, hasta que el 23 de diciembre de 1582 la corona española reclamó el territorio. La ciudad mantuvo su actividad agrícola hasta entrado el siglo XIX.

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