Cuántas personas no crecieron viendo la famosa serie de televisión mexicana del Chavo del 8, programa que inmortalizó una de las palabras más curiosas del español: chusma. Precisamente es curiosa porque el significado que le da la sociedad actualmente no tiene nada que ver con el sentido original.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) explica que el término viene del genovés (Italia) ciüsma, el cual procede del griego kéleusma y se refiere a un “canto acompasado del remero jefe para dirigir el movimiento de los remos”.
Como se puede apreciar, la explicación no dice mucho respecto a la forma en la que se usa en los demás países de Latinoamérica, en especial en México, pues el vocablo suele utilizarse para referirse de forma despectiva a las personas de clase baja.
No obstante, posterior a la explicación, la RAE ofrece un listado de 5 definiciones, pero por el momento sólo se retomarán 3: la primera es “conjunto o multitud de gente grosera o vulgar”; la segunda se refiere a los “galeotes que servían en las galeras reales” y la tercera es muy similar a la primera, ya que menciona que es una “persona de modales groseros o comportamiento vulgar”.
La incógnita es: cómo fue que el significado de “chusma” -canto de los remeros- pasó a convertirse en un voz peyorativa. El periodista y especialista en lengua castellan Ricardo Soca detalla que fue en el siglo XV cuando se encontraron los primeros registros de estas seis letras.
El descubrimiento fue en un fragmento del texto castellano Traducción y glosas de la Eneida, publicado en 1427 por el español Enrique de Villena. Por otro lado, el filólogo, lexicógrafo y etimólogo de la misma nacionalidad, Joan Corominesm definió al término en cuestión como “‘conjunto de galeotes (y) conjunto de gente soez”.
Coromines recalca que el genovés ciüsma viene del latín vulgar clusma, el cual hacer referencia a un canto que acostumbraban a realizar los jefes de los galeones (embarcaciones con velas), para estimular el movimiento de los remos y asegurarse de que el barco no perdiera su velocidad.
Las personas que remaban eran llamadas galeotes y el término se utilizaba para designar a los esclavos que estaban condenados a pasar su vida remando en las galeras. Con el tiempo, la aristocracia usó la palabra ciüsma (que en el español de España pasó a convertirse en “chusma”) para referirse a las personas sucias, esclavas y de clase baja.
Posteriormente, los españoles se encargaron de incrustar la palabra en la cultura lingüística de diferentes países en América Latina. Cabe destacar que según la RAE, en Argentina, Bolivia, Colombia y Uruguay, el vocablo se usa para hablar de “un conjunto de indios que viviendo en comunidad no eran guerreros, o sea mujeres, niños y ancianos considerados en conjunto”.
Por otra parte, en Venezuela, Argentina y Bolivia también puede significar “persona chismosa y entrometida”. El caso es que la palabra que el personaje de Doña Florinda (Chavo del 8) tanto se empeñaba en enseñarle a su hijo Kiko, se empleaba con toda la intención de referirse a los demás miembros de la vecindad como personas de pocos modales y clase baja.
Finalmente, sin si quiera saberlo, el lenguaje que se usa día a día tiene diversas palabras extranjeras. Tal es el caso del vocablo -también italiano- “cháchara”, expresiones francesas como déjà vu o souvenir, o términos más cotidianos como azúcar, limón y jarra, que vienen del idioma árabe.
Fue así como una palabra europea pasó de usarse para hablar de un canto, a designar a los galeotes y al final terminó convirtiéndose en un sustantivo para “la gente fea”.
SEGUIR LEYENDO: