Prohibir las corridas de toros en CDMX provocaría la pérdida de al menos 30 mil empleos, según líder taurino

Pedro Haces señaló que la llamada “fiesta brava” es la fuente de ingresos de miles de personas que se dedican a la venta de productos o a prestar servicios en las plazas de toros

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Fotografía que muestra al torero
Fotografía que muestra al torero mexicano José Miguel Arellano lidiando a su primer toro "Siempre en la mente" de 469 kg, durante la tercera novillada de la temporada grande La Reapertura el 5 de diciembre del 2021, en la Plaza de Toros México en Ciudad de México (México). EFE/ Mario Guzmán

El líder taurino Pedro Haces expuso este miércoles que la prohibición de la corridas de toros en la Ciudad de México provocarían una pérdida estimada de 30 mil empleos ligados a dicho “espectáculo”. Por ello, pidió a los congresistas locales “pensar dos veces” en aprobar el proyecto de decreto con el que, de ser aprobado, se acabaría esta actividad que ha provocado tanta polémica, en especial a los protectores de los derechos de los animales.

”En la Ciudad de México serían aproximadamente 30.000 empleos los que se perderían, si a eso le sumamos, el venir de una pandemia, pues yo creo que habría que pensar dos veces (en aprobar el dictamen)”, apuntó Haces en un mesa de trabajo con legisladores de la Comisión de Bienestar Animal del Congreso de la Ciudad de México.

En dicho encuentro se analizó el impacto económico que implicaría la eliminación de las corridas de toros en la capital mexicana.

Haces agregó que de aprobarse el dictamen que prohíbe las corridas de toros en la capital “este tendría implicaciones a nivel nacional y muy probablemente de replicarse en más estados”.

Comerciantes de la Plaza de
Comerciantes de la Plaza de Toros México (Foto: altoromexico.com)

Reconoció que las familias del gremio taurino “ya se han visto muy afectadas” desde que inició la pandemia y de eliminarse la fiesta brava “se quedarían sin ninguna fuente de ingreso”.

También reconoció que el gremio debe modernizarse ya que, dijo, desde 2004 “no existen modificaciones en el reglamento taurino”, por lo que es importante “reformarlo y ponerlo a la vanguardia”.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Bienestar Animal, Jesús Sesma, recordó que el dictamen “ya está aprobado” por la Comisión y pidió diseñar un “programa emergente” que ayude a las personas que se dedican a la venta de productos o a prestar servicios en las plazas de toros, para que desarrollen otra actividad remunerada y evitar que su afectación económica.

El martes, un grupo de antitaurinos protestó en las escalinatas del Congreso de la Ciudad de México y amenazó con instalar un plantón hasta que los legisladores lleven al pleno una iniciativa para prohibir las corridas. La convocatoria fue lanzada por la organización Primer Plantón por la Abolición de la Tauromaquia en México, cuyos activistas ya permanecieron afuera de la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal en 2017 durante 44 días.

Activistas protestan este viernes, frente
Activistas protestan este viernes, frente a la Plaza de Toros México, en la capital mexicana. EFE/Mario Guzmán

En diciembre pasado la Comisión aprobó un proyecto de decreto que tiene por objetivo “prohibir la celebración de espectáculos, en los cuales se maltrate, torture o prive de la vida a toros, novillos y becerros”.

El dictamen establece que la Constitución Política de Ciudad de México reconoce la protección a los animales “como seres sintientes” y, por lo tanto, deben recibir un trato digno y respetuoso. Sin embargo, desde que el documento se aprobó no ha pasado al pleno y esto ha provocado malestar entre los animalistas.

Según datos del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), uno de las formaciones que apoyaron el dictamen junto con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en el país más de 70% de la población está a favor de abolir las corridas, una proporción que es similar en la capital.

En México se ha prohibido la celebración de corridas de toros en los estados de Sonora, Guerrero y Coahuila, y ha sido declarada como un bien cultural y material en Aguascalientes, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Zacatecas, Michoacán y Guanajuato.

Con información de EFE

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