Abandonado y en ruinas. Sin el esplendor que alguna vez tuvo. Se dice que el sismo que tuvo lugar en la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985 a las 7:17 de la mañana, que dejó, según estimaciones, unos 20 mil muertos, lo apagó por completo.
Se trata del Condominio Insurgentes, también conocido como Edificio Canadá, ubicado justamente en la Avenida Insurgentes número 300, en la manzana que ocupa las calles Querétaro, Zacatecas, Medellín e Insurgentes Sur, en la colonia Roma, en la capital.
El enorme edificio se encuentra abandonado. Nadie lo habita. En la parte baja se pueden ver varios locales, en donde se promocionan tatuajes, una boutique de ropa, piercings, un centro de copiado, y en la esquina del Insurgentes y Querétaro, se puede ver El Rincón Cubano, un emblemático lugar para bailar salsa o música cubana y tomarse unos tragos.
La historia del gran edificio es un misterio. Nadie sabe el nombre del arquitecto que lo diseñó, mucho menos el cómo, por qué o quién autorizó que se levantara esa gran edificación. Según la revista Arquine, la idea original provino del arquitecto Enrique de la Mora, que siguiendo el auge y la estética que dominaba en el estilo arquitectónico de los años cincuenta del siglo pasado, década en la que se construyó, diseñó un complejo de edificios distribuidos en las esquinas de Insurgentes Sur hasta Yucatán.
De dicho proyecto, solo se construyó el Condominio Insurgentes, entre 1955 y 1958, que a diferencia de muchos edificios de su época, cuenta con una mezcla de estilos arquitectónicos que lo alejan del sello personal de grandes arquitectos de aquel tiempo, por lo que su autor sigue siendo un misterio.
El edificio de fachada asimétrica cuenta con una altura de 56 metros, en los que se distribuyen 420 despachos u oficinas en un total de 16 pisos. Tiene dos sótanos para estacionamiento y una azotea. Cuando se ofertaba, se hacía como un condominio de lujo, que contaría con todos los servicios básicos, además de estar ubicado en un lugar privilegiado en la gran Ciudad de México.
Por su grandeza y la ubicación que tenía, los futuros propietarios pensaron que podría ocuparse no solamente como oficinas, sino que tendría tiendas, cafetería, farmacia, restaurantes, o bares de lujo que pudieran aprovechar el tránsito de las personas, teniendo como principal atracción la vista panorámica al entonces Distrito Federal. La planta baja siempre tuvo un uso comercial, y hasta la fecha se sigue utilizando con ese fin.
En los anuncios publicitarios del condominio se podía leer que el comprador tendría hasta 10 años para liquidar su oficina, y si este creía necesario el venderlo antes de que se liquidara la deuda, lo podía traspasar a los nuevos dueños sin problema alguno.
Para agosto de 1958 el edificio fue terminado, y gran parte de sus oficinas ocupadas. Tiempo después, el Condominio Insurgentes ya era mejor conocido como Edificio Canadá, pues contaba con un gran anuncio publicitario de esa zapatería, en el que se podía leer: México calza Canadá.
Tras el sismo de 1985, como ya se comentó, el edificio fue seriamente dañado. La colonia Roma, en donde se ubica, fue una de las zonas con mayor daño. En ella se derrumbaron multifamiliares, casas y oficinas. Las calles de la colonia estaban llenas de escombros, sin embargo, el edificio Canadá resultó aparentemente ileso, pues se encontraba de pie.
Luego de una revisión minuciosa, se determinó que el edificio si había resultado con daño estructural, por lo que debía ser demolido, o en su defecto, el inmueble debía ser reparado con urgencia.
Diez años después del sismo, y a pesar de los reportes de peligrosidad del inmueble, seguía en pie y sin arreglo. En junio de 1995, un hecho sucedido al interior de este ganaría la atención de los medios de comunicación, pues en el inmueble había sido encontrado en su despacho, en el noveno piso, sin vida, el Ex Procurador de Justicia y Magistrado del Distrito Federal Abraham Polo Uscanga.
Uscanga había sido amenazado de muerte semanas antes, pues se presumía que tenía información importante sobre una supuesta red de corrupción entre el gobierno y la empresa de transporte Ruta 100. El Ex Procurador tenía un balazo en la cabeza.
El tiempo sigue pasando, y el edificio sigue de pie, viendo a la gente pasar, el cambio en la avenida Insurgentes y los negocios que se encuentran en su planta baja. Hay quienes creen que si el edificio es remodelado, podría volver al esplendor que tuvo alguna vez ese edificio que ahora luce sombrío y misterioso.
SEGUIR LEYENDO: