El lunes 3 de enero, el Banco de México (Banxico) informó que el monto de las remesas entre enero y noviembre de 2021 llegó a los 46 mil 833 millones de dólares (USD), lo que representa un aumento del 26.73% respecto al mismo periodo de 2020.
El banco central destacó que esta cantidad ya supera el total de remesas de 2020, que fue de 40 mil 605 millones, por lo que el 2021 será un nuevo año récord y de acuerdo con lo señalado por algunos analistas, en este 2022 la cifra superará los 50 mil millones de dólares, lo que marcará un nuevo récord.
La remesa promedio entre enero y noviembre fue de 378 dólares, un 11% mayor que en el mismo lapso de 2020 —cuando fue de 340 dólares—, y el número de operaciones pasó de 108.6 a 123.9 millones de transferencias, principalmente electrónicas, lo que también ha beneficiado ampliamente a las empresas de envíos de dinero.
El aumento en las remesas ha sido ampliamente celebrado por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador quien ha asegurado que los migrantes mexicanos que principalmente viven y trabajan en Estados Unidos -alrededor de 38 millones de connacionales- envían este dinero a sus familias en México son “héroes” que han ayudado a que la economía del país salga a flote en medio de la pandemia del COVID-19.
“A nuestros paisanos que están en California, en Estados Unidos, un abrazo muy fuerte, cariñoso, y agradecerles mucho, mucho, mucho, porque nos han ayudado como nunca enviando apoyos a sus familiares. Estamos saliendo de esta crisis tan tremenda por la pandemia, la crisis económica, entre otras cosas porque nuestros paisanos ayudaron”, dijo López Obrador el pasado 11 de diciembre en un evento realizado en Tijuana, Baja California.
Aunque López Obrador festeja el hecho con “bombo y platillo”, la realidad es que no se trata de ningún logro de su gobierno, sino que es consecuencia del alto crecimiento de la economía de Estados Unidos y de los estímulos fiscales implementados en ese país.
En contraste, México ha tenido una débil recuperación de su economía, que si bien se ha acrecentado por la prolongada pandemia de COVID-19, el nulo estímulo del gobierno a los diversos sectores de la población, aunado a las altas tasas de inflación que azotan al país y a la salida de inversionistas por la incertidumbre que genera la administración de López Obrador; el aumento en las remesas también son una muestra de la incapacidad del gobierno mexicano para producir los empleos y las oportunidades para que sus ciudadanos no tengan la necesidad de migrar al país vecino a otras naciones, en busca de obtener un ingreso decente para mantener a sus familias.
De acuerdo con algunos especialistas, más de 600 mil mexicanos han intentado cruzar a Estados Unidos en épocas recientes, de los cuales, una minoría son familias (29 mil 311 integrantes) y menores no acompañados (25 mil 967)
Por otra parte, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que entre mayo de 2019 y junio de 2021 cerraron 1.6 millones de empresas, aunque se crearon 1.2 millones. El hecho representa una menor capacidad de producción y de generación de empleos, y en consecuencia, también ocasionará que las perspectivas de crecimiento de alrededor del 4%, tampoco se cumplan.
Se estima que la inversión crecerá menos en 2022, en gran medida, debido a las altas tasas de interés, la cual encarece el costo del crédito y aumenta la carga de deuda, lo que implica menos capacidad de gasto e inversión para el sector público y privado. Además, hay que sumar la austeridad fiscal que contrae las oportunidades de inversión, así como la incertidumbre entre los inversionistas -nacionales y extranjeros- generada por las iniciativas del gobierno de López Obrador.
Ante estas perspectivas, se puede estimar que las remesas y el subsidio de los programas sociales no será suficiente para paliar los problemas económicos de las familias mexicanas.
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