Gildardo López Astudillo, reconocido como El Gil tras el arresto por su supuesta participación en la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, fue amparado ante diversas acusaciones.
Las autoridades mexicanas liberaron una orden de reaprehensión en su contra en fechas recientes; su objetivo, regresarlo a prisión para enfrentar cargos por delincuencia organizada y secuestro.
Sin embargo, el diario Milenio informó que el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito ordenó a un magistrado federal resolver el recurso de apelación de la Fiscalía General de la República.
“Nada práctico conduciría la reposición de un procedimiento para subsanar la omisión de dar oportunidad a las víctimas de que formulen sus propias conclusiones, las cuales no serán vinculantes para el juzgador”, se indicó en la sentencia, de acuerdo con el periodista Rubén Mosso.
Lo anterior, indicó el medio de circulación nacional, dejó sin efecto la orden de reaprehensión presentada en mayo de 2020 por la FGR en forma de un denominado recurso de apelación.
Por otra parte, revelaron que la FGR ahora también va en contra del policía Federal Ministerial, Gabriel Valle Campos, involucrado en el caso de investigación de los 43 desaparecidos, y quien presuntamente incurrió en delitos de tortura y abuso de autoridad.
De acuerdo con el expediente consultado por Rubén Mosso, “los servidores públicos adscritos a la Policía Federal Ministerial infligieron dolores y sufrimientos graves a los pasivos con el fin de obtener información o confesión”.
La víctima habría sido el supuesto líder del grupo criminal de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias Salgado, El Chino, quien presuntamente fue el responsable de ordenar a Gildardo el asesinato de los estudiantes.
Quién es El Gil
El Gil fue detenido en Taxco, Guerrero por la Policía Federal, a pocos kilómetros de la ciudad de Iguala, lugar donde los estudiantes habrían sido atacados por policías municipales y entregados a delincuentes.
López Astudillo fue capturado en septiembre de 2015, y aunque se encontraba en un penal federal, en febrero de 2019 lo cambiaron repentinamente al Reclusorio Oriente de la Ciudad de México.
El Gil tenía dos procesos penales en su contra: uno por delincuencia organizada, del que fue absuelto en junio de 2018 pasado por falta de elementos, según informó la Subsecretaría de Derechos Humanos.
El segundo, por secuestro, continuó su curso y lo enfrentó prisión hasta que fue liberado, pues un juez determinó que las 44 pruebas en su contra no eran suficientes para acreditar el delito.
Además, el juzgador consideró que las pruebas que había presentado la Fiscalía General de la República, se recabaron de forma ilegal, ya que algunas de las pruebas (testimonios de otros detenidos), habrían sido obtenidas mediante tortura, otras por detención arbitraria.
De acuerdo a versiones de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), López Astudillo era el enlace del ex alcalde José Luis Abarca y su esposa (ambos detenidos por el crimen contra los estudiantes), con el grupo criminal de los “Guerreros Unidos”.
Según la PGR El Gil fue quien habría ordenado la incineración de los jóvenes en un basurero, esto, de acuerdo a la narración que el entonces procurador Jesús Murillo Karam contó, y que llamó la “verdad histórica”.
De acuerdo con la investigación de la Procuraduría, en cabezada por Karam, López Astudillo, jefe de sicarios de “Guerreros Unido”, fue quien supuestamente señaló a los normalistas de Ayotzinapa como integrantes de un grupo delictivo rival llamado “Los Rojos”, motivo por el cual se ordenó la ejecución de los normalistas.
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