Para este domingo 2 de enero se esperan en la Ciudad de México vientos muy fuertes y posibles tolvaneras, según informó la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) del gobierno capitalino.
“[Hoy] dominará ambiente caluroso y sin condiciones para la lluvia. Se prevé durante la tarde un incremento en la intensidad de los vientos del Norte, alcanzando rachas con valores cercanos a 66 km/h. Para mañana, se espera una disminución en las temperaturas”, indicó en su reporte.
Se espera que las rachas intensas se registren en toda la ciudad, desde las 16:00 de la tarde hasta las 21:00 de la noche. Es probable que estas condiciones lleven a las autoridades a emitir un aviso amarillo en numerosas alcaldías, por lo que se recomienda estar al tanto de las actualizaciones que publique el Sistema de Alerta Temprana de la SGIRPC. Ese color, el más leve de la clasificación, se activa cuando los vientos alcanzan velocidades de 50 a 59 kilómetros por hora.
De acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el viento de componente norte que generará el frente frío 19, provocará tolvaneras en la Ciudad de México y en otros puntos del norte, centro y oriente del país. Entre los estados afectados se encuentran también Baja California y Baja California Sur, Zacatecas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Querétaro Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y el Estado de México, donde las ráfagas batirán de 50 a 70 kilómetros por hora.
En el caso concreto de la capital, el organismo climático indicó que en zonas urbanas se prevén vientos de 15 a 30 kilómetros por hora, con rachas más severas de hasta 50 km/h. Además, las temperaturas bajarán en numerosas alcaldías por el paso de la masa de aire polar que impulsa al frente frío 19. Los valores más bajos se registrarán cerca del amanecer del lunes 3 de enero en las partes altas que rodean al Valle de México, con mínimas que irán de 0 a 5ºC. En el resto del territorio estatal se moverán entre 4 y 6ºC. Las temperaturas serán especialmente frías en las alcaldías del sur, norte y poniente.
A finales de marzo de 2021, la Ciudad de México se vio envuelta en una densa tolvanera que generó índices de contaminación históricos.
Entonces, como consecuencia de las fuertes rachas de viento del frente frío 46, se levantaron espesas tolvaneras que sumieron a la capital en una tormenta de polvo que redujo notablemente la visibilidad y provocó unos valores de calidad del aire “extremadamente malos”.
Aquel día, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) explicó que los niveles de polución se dispararon por las partículas PM10 que arrastró la tolvanera. Estos contaminantes se trasladan por procesos mecánicos, como las obras de construcción, la resuspensión del polvo de los caminos, o el viento, y pueden ser desde restos diminutos de cemento y metales hasta hollín, cenizas, polvo o polen.
Por su tamaño, 10 micras de diámetro, estas partículas son lo suficientemente pequeñas como para ingresar a la garganta y a los pulmones, según explica la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA, por sus siglas en inglés). Y en concentraciones muy elevadas, como la que se registró en la Ciudad de México en marzo de 2021, el riesgo a la salud es extremadamente alto y puede provocar tos, secreción nasal y ardor en los ojos, entre otros síntomas.
“Las personas con afecciones cardíacas o pulmonares pueden tener más síntomas cuando los niveles de PM10 son altos. Los síntomas pueden incluir sibilancias, opresión en el pecho o dificultad para respirar”, explica la EPA en su sitio web.
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