Moctezuma Xocoyotzin, también conocido como Moctezuma II, fue el antepenúltimo emperador mexica en Tenochtitlán. Tuvo relevancia, pues él fue quien recibió, en la ciudad que gobernaba, a los conquistadores españoles, liderados por Hernán Cortés, en 1519.
Moctezuma fue tlatoani de Tenochtitlan durante los años 1502 a 1520. Durante su etapa como gobernante, Moctezuma estuvo acostumbrado a las cosas más lujosas de su época. Y con eso nos referimos a que incluso la vajilla en la que eran servidos los alimentos del tlatoani, también estaban hechos de los materiales más lujosos que existían.
Prueba de ellos, fue que investigadores pertenecientes a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lograron recrear un conjunto de platos y vasos pertenecientes al servicio que hacia 1521 utilizaba en su mesa Moctezuma Xocoyotzin.
Coordinados por Luis Equihua, del Centro de Investigación y Diseño Industrial (CIDI) de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, los diseñadores universitarios Paola González y Agustín Robledo, en colaboración con el chef e historiador Rodrigo Llanes lograron recrear las piezas de la vajilla del tlatoani, según información dada a conocer por la Gaceta de la máxima casa de estudios, como también se le conoce a la UNAM.
Moctezuma fue hijo de Axayácatl e Izelcoatzin, hija de Nezahualcóyotl, y durante su mandato logró que los dominios de los mexicas se extendiera a las ciudades de Texcoco y Tlatelolco. Luego de la muerte de Ahuízotl durante una inundación en 1502, Moctezuma fue elegido huey tlatoani, y mantuvo una política enérgica e implementó mecanismos para centrar el poder en su persona.
Fue el 8 de noviembre de 1519 cuando el emperador mexica se encontró con Hernán Cortés en el punto que se ubica en donde ahora está la esquina entre las avenidas Pino Suárez y República del Salvador.
Existen diferentes versiones sobre la muerte del tlatoani, una de ellas es que el 29 de junio de 1520 se asomó al balcón de su palacio para tratar de sofocar una revuelta de su pueblo e instarlo a retirarse. Al comprobar una supuesta complicidad entre Moctezuma con los españoles, el pueblo mexica comenzó a arrojarle piedras. Se cuenta que una de estas le dio en la frente, lo que le causó la muerte.
La idea de recrear la vajilla de Moctezuma surgió luego de que el Chef Llanes estudiaba la licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), en la UNAM. Se tituló con la tesis titulada “Conquista a la carta”, en donde expone la manera en la que los españoles se alimentaban una vez que arribaron a tierras mexicanas.
Un capítulo especial de la tesis explica un ritual que la nobleza mexica realizaba a la hora en que Moctezuma Xocoyotzin se disponía a comer. Durante dicho ritual, el emperador permanecía sentado, mientras los hijos de la nobleza mexica le mostraban 300 platillos con 30 guisados distintos, montados sobre un bracero para que no se enfriaran. De entre ellos, Moctezuma señalaba con una varita el que más le apetecía, entonces unos criados levantaban las manos, y a continuación, comenzaba a comer, algo que hacía, regularmente, en soledad.
Desde la perspectiva de Llanes, resultaba importante rescatar el ritual gastronómico, cuyo aspecto relevante era la vajilla, pues las piezas de esta representaban aspectos decisivos de la tradición mesoamericana. El proyecto se llevó a cabo a lo largo de año y medio.
Las piezas de la vajilla estaban diseñados a partir de números sagrados, todo corresponde a un análisis profundo de las formas y elementos mexicas de la época. Al elegir los materiales con que está manufacturada la vajilla recreada (obsidiana, basalto, cerámica y madera), se revaloraron las técnicas artesanales con que se elaboraban las piezas originales.
Una de las piezas de la vajilla recreada representa el cruce del fuego y el agua, elementos de la simbología mexica plasmados en dos tonos de madera: clara y oscura. Además, la vajilla rescata el protocolo de Moctezuma. A veces el ritual de la comida era público, y antes de comer, el huey tlatoani tomaba con una mano granos de maíz de los distintos colores y variedades mesoamericanos, y los arrojaba a los cuatro puntos cardinales y al cielo para que en el Anáhuac siempre hubiera alimento.
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