Por qué Maximiliano de Habsburgo cambió el nombre del Castillo de Chapultepec

La última residencia que tuvo Maximiliano en México, antes de ser fusilado, fue el Castillo de Chapultepec, al cual le cambió el nombre

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El Castillo de Chapultepec le
El Castillo de Chapultepec le ofreció a Maximiliano una vista envidiable, por lo que decidió llamarlo de una forma peculiar. (Foto: Cuartoscuro)

A lo largo de la historia de México se han vivido diversas etapas, algunas muy buenas y otras no tanto. Una de las etapas más destacadas del país, fue sin duda, el segundo Imperio, el cual se llevó a cabo luego de la intervención francesa en el país, tras la declaración de la moratoria de la deuda externa del presidente Benito Juárez a Inglaterra, España y Francia.

En 1863 las fuerzas intervencionistas del emperador francés Napoleón III ocuparon la Ciudad de México, y el 10 de julio de ese mismo año, se decidió adoptar el sistema monárquico como forma de gobierno y se ofreció la corona a Maximiliano de Habsburgo. Éste último aceptó el trono el 10 de abril de 1864, firmándose los Tratados de Miramar, con los que se formalizó el apoyo de Francia al nuevo Imperio.

Maximiliano y Carlota, su esposa, desembarcaron en el puerto de Veracruz el 28 de mayo de 1864, mientras el gobierno constitucional republicano de Benito Juárez se encontraba establecido en Monterrey, en el estado norteño de Nuevo León.

La pareja estaba acostumbrada a todo tipo de lujos y comodidades, pues antes de su llegada al país, vivían en el Castillo de Miramar, una espectacular construcción a pocos metros de la ciudad de Trieste, en Italia.

Maximiliano de Habsburgo vivió en
Maximiliano de Habsburgo vivió en el Castillo de Chapultepec. (Foto: Twitter@PGaleanaH)

El Castillo de Miramar fue construido en el siglo XIX, en 1860, por el arquitecto Carl Junker, bajo petición de Maximiliano, quien buscaba un lugar en donde vivir con su esposa, Carlota de Bélgica. Si bien el castillo se encuentra en Italia, su estilo decorativo es una mezcla entre el estilo austriaco, alemán e inglés. También tiene cierta tendencia ecléctica, la cual era muy común en la época de su construcción, un criterio que también acentuaba la naturaleza.

Es por esto que sus jardines de 22 hectáreas, que rodean al castillo, pueden admirarse desde todas las ventanas. Hoy en día el castillo está abierto al público. En su planta baja se puede admirar como era la residencia de Maximiliano y Carlota, mientras que en el segundo piso se encuentra la residencia del duque Amadeo II de Aosta, quien pasó siete años de su vida en el castillo.

Algunas de las habitaciones se mantienen con el diseño original, con muebles y diseño originales. Hasta este lugar llegaron un grupo de conservadores mexicanos ofreciéndole la corona al emperador.

Los ventanales del castillo daban una espectacular vista hacia el hermoso Mar Adriántico, de ahí el nombre de Miramar.

El castillo de Miramar, en
El castillo de Miramar, en Trieste, fue mandado a construir por Maximiliano de Habsburgo.

Se dice que los emperadores, a su llegada a México, se alojaron, en primera instancia, en el Palacio Nacional, que en ese entonces era conocido se conoció como el Palacio Imperial. Se cuenta que en la primer noche que pasaron en el lugar, Maximiliano tuvo que dormir en una mesa de billar, pues la cama en la que se había instalado, estaba repleta de chinches.

Debido a esto, y varios detalles que tenía el Palacio, ubicado en el corazón de la capital, la pareja imperial decidió retirarse de ahí y vivir en otra residencia: el Castillo de Chapultepec. Este, asentado en los lugares de recreo del tlatoani Moctezuma, fue construido por orden del virrey Bernardo Gálvez entre 1785 y 1787.

El diseño de la impresionante residencia quedó a cargo del coronel e ingeniero Francisco Babitelli, y del capitán de infantería y también ingeniero Manuel Agustín Mascaró. Durante la Guerra de Independencia, el Castillo quedó abandonado, y para 1833 fue instalado ahí el Colegio Militar, pero después de la intervención norteamericana, en 1847, quedó de nuevo abandonado.

Cuando los emperadores llegaron, el lugar también estaba completamente desordenado y necesitaba muchas reparaciones, sin embargo, a Maximiliano le gustó y no desistió de la idea de que fuera su nuevo hogar. Desde ahí, Maximiliano podía disfrutar de una vista envidiable, en donde podía observar toda la ciudad: Tacubaya, Tlalpan, San Ángel, el Valle de Anáhuac por completo. A sus pies, el Bosque de Chapultepec. Tenía esta gran vista gracias a que el Castillo se encuentra ubicado en la punta del Cerro del Chapulín.

Como el Castillo en Trieste le había puesto Miramar debido a su impresionante vista al Mar Adriántico, a este, cuyos ventanales y terraza dominaban todo en Anáhuac, decidió llamarle Miravalle. Esta sería la última residencia que ocuparía el emperador, antes de ser ejecutado en 1867.

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