El gobierno de los Estados Unidos ofrece hasta USD 50 millones por cuatro capos del narco mexicano que figuran en la lista de los fugitivos más buscados por la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
Por orden de relevancia, la lista la conforman Rafael Caro Quintero, el Narco de Narcos; Ismael el Mayo Zambada García, jefe del Cártel de Sinaloa; Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho y líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, uno de los cuatro Chapitos. Ellos son los mexicanos por los que EEUU está dispuesto a pagar millonarias recompensas a cambio de información relevante que lleve a su captura.
En marzo se cumplirán 37 años desde que el agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena Salazar, fue encontrado sin vida en la carretera que conduce al pueblo de “La Angostura”, en los límites de Michoacán y Jalisco.
Ese hecho por sí solo basta para explicar por qué el Narco de Narcos es el capo más buscado por las autoridades norteamericanas. De acuerdo con la versión de la DEA, Caro Quintero ordenó el secuestro de Camarena en venganza por el aseguramiento de más de 1,000 hectáreas de marihuana en el Triángulo Dorado.
Sin embargo, el legendario narcotraficante sinaloense, quien pasó 28 años en prisión, ha vuelto a tomar las armas.
Este capo ha aprovechado la caída de Joaquín el Chapo Guzmán para disputarle el territorio al mismísimo Cártel de Sinaloa. Su influencia se ha hecho sentir con particular fuerza en Sonora, donde mantiene una disputa acalorada con los Chapitos y su brazo armado Los Salazar.
Las autoridades estadounidenses lo han descrito como “armado y peligroso” y por él ofrecen hasta USD 20 millones.
La leyenda dice que este viejo narcotraficante, ahora mismo el líder más importante del Cártel de Sinaloa, vive al raso en las montañas del norte de México. A sus 73 años ha logrado algo insólito: nunca ha estado en prisión, mientras que sus socios han ido cayendo uno detrás de otro
En el mapa del narcotráfico, el nombre de Ismael el Mayo Zambada se presume cada vez más importante. La DEA lo considera el capo más poderoso de México. Sin embargo, pese a esa notoriedad, su paradero se mantiene oculto. Por él se ofrecen hasta USD 15 millones.
Después de Joaquín el Chapo Guzmán, el Mayo, se convirtió en la cabeza metódica y sigilosa del Cártel de Sinaloa.
Su estilo nunca ha sido el de figurar entre los grupos de capos que van por la vida declarando la guerra a sus enemigos. Tampoco aparece en la redes sociales o se codea con el mundo del espectáculo en el país. Eso lo ha mantenido fuera del radar de las autoridades.
La DEA ofrece una recompensa de USD 10 millones a cualquiera que aporte información que lleve al arresto de Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho.
Aunque el círculo cercano del líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se ha visto debilitado por la detención de por lo menos ocho de sus familiares, él continúa libre. Además de su esposa, quien fue recapturada el pasado 15 de noviembre en Zapopan, también han sido arrestados dos hijos y diversos cuñados del posible narcotraficante. Algunos de ellos fueron extraditados a Estados Unidos.
El CJNG ha dejado un baño de sangre en todo México. Su líder es considerado como uno de los narcotraficantes más sanguinarios dentro del árbol genealógico de los grandes capos mexicanos.
Según la DEA, tiene 55 años, mide 1.52 metros y pesa unos 68 kilos. También se sabe que su estado de salud no es el más óptimo, pues al igual que el Mayo, padece diabetes, lo que le ha ocasionado complicaciones como insuficiencia renal y daño al tejido de los riñones.
Uno de los agentes de la DEA, encargado de las investigaciones para dar con el paradero y capturar a este presunto criminal, declaró que “se esconde en zonas montañosas en Jalisco, Michoacán y Colima”.
El apellido Guzmán siempre ha estado vinculado al narcotráfico y uno de los hijos del ex líder del Cártel de Sinaloa, Jesús Alfredo Guzmán, aparece en el listado de los diez más buscados por EEUU.
Mejor conocido como Alfredillo, es requerido por la Corte de Chicago, en el Distrito de Illinois, para juzgarlo por conspiración para poseer con la intención de importar, exportar, y distribuir drogas a los Estados Unidos. De acuerdo con informes de la OFAC, Jesús Alfredo rondaría los 35 años de edad, pues su nacimiento se ubica el 17 de mayo de 1986 en Zapopan, Jalisco; aunque la DEA dice que nació en 1983.
El hijo del Chapo Guzmán y de María Alejandrina Salazar Hernández fue quien llevó a la actriz Kate del Castillo y al actor Sean Penn al encuentro con su padre en octubre de 2015, en algún lugar de la sierra del Triángulo Dorado.
El presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva que incluye a Ovidio Guzmán López, Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López. Por cada uno se ofertan 5 millones de dólares, ya sea que se ofrezca información que conduzca a su paradero o arresto.
Luego de la caída del Chapo Guzmán, los Chapitos tomaron el control de la fracción en el grupo criminal y han desatado una ola violenta por la disputa de diversas plazas para el trasiego de narcóticos desde México a EEUU.
A su vez, los hijos de Guzmán Loera fueron designados por el Departamento del Tesoro bajo la Ley Kingpin, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). De acuerdo con los reportes, operan desde Culiacán, capital de Sinaloa.