Desde 2017 hasta lo que va de 2021 han sumado 1,100 cuerpos sin identificar en Michoacán y que la fiscalía estatal ha destinado a fosas comunes.
Adrián López Solís, fiscal del estado, explicó que los cadáveres se acumulan en cada periodo subsiguiente de los últimos cinco años y no han podido dar con el nombre de la persona para cada caso.
En conferencia a medios locales, la Fiscalía de Michoacán reveló que en 2017 hubo 132 cadáveres sin identificar, pero al año siguiente, en 2018, esa cifra aumentó hasta 136. Incluso en 2019 siguió la ascendencia de esos cuerpos, pues hubo 222 de quienes se desconoce la identidad.
En 2020, la cantidad incrementó más y contabilizaron 291 personas muertas sin saber de quiénes se trata. Ya en lo que va del año en curso, con corte hasta el 30 de noviembre, los cuerpos suman 279.
López Solís señaló que todas las personas sin identificar fueron enterradas en distintos panteones del estado, pues la fiscalía ha tenido el respaldo de municipios.
Mientras que los cuerpos de las víctimas de la violencia que atraviesa la entidad siguen dispersos, pues no opera aún el cementerio forense gestionado por la Fiscalía de Michoacán, para el cual consiguió el terreno y recursos para su construcción.
El año 2020, cuando se destinó un monto para ese proyecto, el dinero se trasladó al Ejecutivo de la entidad, porque se obtuvieron beneficios a través de la Comisión Estatal de Búsqueda.
Adrián López Solís aseguró que esas instalaciones están concluidas y solo faltan algunos detalles, pero todavía no se decide quién ni cómo operará el panteón estatal. Si la Fiscalía de Michoacán es elegida para esas actividades, deberán proveerle los recursos necesarios.
A mitad de noviembre pasado, la misma dependencia reportó que del 2019 a la fecha suman 3,800 personas desaparecidas en la entidad federativa: un promedio de cinco de manera diaria.
Poco más del 50% del número de personas no localizadas fue encontrado con vida, reveló la fiscalía del estado. No obstante, no existen datos de las personas que continúan ausentes o de las que han sido descubiertas fallecidas.
La entonces Procuraduría de Michoacán informó que entre el año 2006 y julio del 2019 se reportaron 3,404 denuncias por desaparición: de éstas, 1,522 aparecieron con vida, 126 se hallaron sin vida y del resto, hasta ahora, se desconoce su paradero.
Por su parte, colectivos se mantienen gestionando para que el próximo año arribe al estado la Brigada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos.
En el municipio de Tumbiscatío, por ejemplo, las autoridades se rehúsan a investigar los casos debido a los niveles de inseguridad y violencia en la región, dijo a medios locales Indalecio Pedrizco Pacheco, integrante del colectivo Familiares en tu Búsqueda.
Michoacán, como la mayor parte del país, convive desde hace 15 años con una realidad de violencia cotidiana. En esta entidad, el Cártel Jalisco Nueva Generación ha extendido sus tentáculos para hacerse con el control del crimen organizado. Este fue el estado donde el gobierno de Felipe Calderón desató la guerra contra el narco, desde diciembre de 2006.
La región es disputada a remanentes de cárteles extintos y que al paso de los años han cambiado de nombre, pero no han sido erradicados de regiones como la costa y frontera con Jalisco.
Actualmente operan cerca de 12 bandas criminales, según el gobierno estatal. Entre ellos, los agrupados en Cárteles Unidos como: Viagras, Blancos de Troya, Cártel de Tepalcatepec, Caballeros Templarios, Familia Michoacana, entre otros conjuntados en la llamada Tierra Caliente.
Algunas de estas facciones simulan ser autodefensas para justificar patrullajes y armamento. Sin embargo, pretenden resistir a las ambiciones del CJNG y no perder la plaza para seguir con ilícitos como el narcomenudeo, la fabricación de droga y extorsiones a productores de limón y aguacate.
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