Cristóbal Castañeda Camarillo, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, confirmó que las imágenes que circularon esta semana sobre una supuesta posada organizada por Los Chapitos, hijos del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán y actuales líderes del Cártel de Sinaloa, no corresponden a fechas recientes.
El titular de la SSP de Sinaloa desmintió el material audiovisual difundido este lunes 20 de diciembre a través de las redes sociales y aclaró que las imágenes corresponden a un evento organizado por los hijos de Guzmán Loera el año pasado en las canchas deportivas de San Diego, localidad perteneciente a la Sindicatura de El Dorado, cuando efectivos del Ejército irrumpieron a mitad de la fiesta para disolver la celebración.
“Circula una información que señala un evento reciente en Sinaloa, lo cual es falso; las imágenes que se difunden corresponden al 17 de diciembre del 2020, fecha en la que se realizó un operativo por parte de los tres órdenes de gobierno. No hay información de un hecho reciente”, escribió Castañeda Camarillo en su cuenta de Twitter.
En un video compartido en sus redes, el secretario aclaró que los siete vehículos tipo sedán que aparecen en las imágenes difundidas hace un par de días, y que los narcos sinaloenses planeaban rifar entre los asistentes, corresponden a los autos que fueron asegurados por las autoridades en 2020.
La periodista sinaloense Fanny Martínez fue las primera en dar a conocer la información desmentida por el secretario de seguridad. En la grabación se pueden observar cajas de regalos con juguetes Fisher-Price, cuadros de fomi para bebés, muñecas Little Mommy, triciclos, bocinas, patines, bicicletas, pelotas de plástico y electrodomésticos como estufas y refrigeradores. Casi sin excepción, a ninguno de los artículos parece faltarle la estampa o sello distintivo que sirve para indicar de dónde viene tanta “generosidad” hacia los más pobres: cada uno trae impresas las iniciales JGL en tonos dorados y sobre un fondo negro.
La imágenes también dieron cuenta de los variados grupos de música de banda que “amenizaron” la narcoposada, de las piñatas de todos los colores y de las decenas de gorras negras con las mismas siglas impresas y la leyenda “chapisa” bordada en uno de los costados.
El magnoevento al que hizo referencia el secretario de seguridad congregó a más de mil personas aquella vez. Por segundo años consecutivo, Los Chapitos organizaron una posada multitudinaria para el sector popular de la entidad que funge como bastión de uno de los cárteles más transnacionales y poderosos del país. Todo era baile y júbilo hasta que arribaron agentes del Ejército para disolver la celebración.
Con un escenario para diversos grupos musicales, piñatas y juguetes, el convivio comenzó desde la tarde del miércoles 16 de diciembre y se prolongó hasta las 01:00 horas del día siguiente. La posada fue junto a las canchas deportivas de San Diego, localidad perteneciente a la Sindicatura de El Dorado.
Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, reportó del hecho que causó indignación, pues el estado, al igual que diversas partes del planeta, vivía en una situación de emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19. Sin embargo, el posible contagio de la enfermedad por concentración de personas no pareció causar ningún temor.
Diferentes agrupaciones de música norteña y banda realizaron presentaciones para el público asistente. Entre las canciones y corridos, varios estuvieron dedicados al Chapo, pues hicieron referencia al mítico número 701, con el cual rememoran el puesto que ocupó el capo de la droga en 2019, cuando la revista Forbes dio a conocer a las 1000 personas más ricas del mundo. En aquel año contaba con una fortuna de USD mil millones.
Fuentes de inteligencia del gobierno de Sinaloa revelaron a Proceso que el objetivo de esta fiesta fue el de preservar la base social creada por El Chapo mientras estuvo en libertad, y con ella mantener el apoyo de las personas.
El pasado miércoles, Joe Biden firmó una orden ejecutiva que incluyó a Ovidio Guzmán López, Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López. Por cada uno se ofertan 5 millones de dólares, ya sea que se ofrezca información que conduzca a su paradero o arresto.
Los cuatro son miembros de alto rango del Cartel de Sinaloa y cada uno está sujeto a una acusación federal por su participación en el tráfico ilícito de drogas.
Luego de la caída del Chapo Guzmán, los Chapitos tomaron el control de la fracción en el grupo criminal y han desatado una ola violenta por la disputa de diversas plazas para el trasiego de narcóticos desde México a EEUU.
A su vez, los hijos de Guzmán Loera fueron designados por el Departamento del Tesoro bajo la Ley Kingpin, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). De acuerdo con los reportes, operan desde Culiacán, capital de Sinaloa.
Todas las cuentas, bienes muebles e inmuebles, así como empresas serán confiscadas o congeladas por las autoridades de EEUU. Esta norma, aprobada por el Congreso estadounidense en 1999, le otorga autoridad a la administración de Biden para aplicar sanciones a los narcotraficantes extranjeros importantes, así como a sus organizaciones con operaciones en todo el mundo.
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