Qué significado tienen las piñatas navideñas y cuál fue su origen

Este jueves comienzan las posadas, y concluyen el 24 de diciembre, y uno de los elemento que no pueden faltar en éstas son las piñatas

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Los siete picos que se
Los siete picos que se acostumbra poner a las piñatas clásicas representan los siete pecados capitales. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

Este jueves comienzan oficialmente las posadas decembrinas, y terminan el 24 de diciembre. Estas, son fiestas que tienen el fin de prepararse para la Navidad o el nacimiento del niño Jesús.

Esta es una tradición católica que hace referencia al momento bíblico en el que María y José, padres de Jesús, comenzaron a peregrinar de Nazaret a Belén, por lo que cada noche pedían alojamiento a algún buen samaritano que les permitiera descansar para poder continuar con su viaje al día siguiente.

Son una mezcla de ritos paganos y religiosos, que tomaron una especial fuerza entre la gente de México durante el siglo XVIII. Se dice que las primeras posadas celebradas en el país pretendían sustituir las festividades aztecas, ya que en el México prehispánico se celebraba el advenimiento de Huitzilopochtli, que era el Dios de la Guerra, durante la época invernal. La fiesta llevaba por nombre Panquetzaliztli y se celebraba del 6 al 26 de diciembre.

Debido a que dicha fiesta coincidía en las fechas en las que los europeos celebraban la Navidad, la celebración fue cambiando, principalmente a causa de la evangelización fue cambiando que se realizó en la Nueva España.

Una de las versiones del
Una de las versiones del origen de las piñatas, señalan que fue en China en donde se originaron. FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM

Los misioneros católicos españoles sustituyeron la imagen de Huitzilopochtli por la de María , José y la llegada del niño Jesús.

Las posadas se caracterizan por tener varios elementos que las haces únicas, como el ponche, las velitas, los cantos, y por supuesto, las piñatas.

Estas últimas son ya muy tradicionales en las fiestas decembrinas, e incluso se han vuelto un ícono de ellas. El origen de las piñatas tiene dos versiones, la primera, se remonta a la antigua China, en específico a Los viajes de Marco Polo. En este libro, el mercader cuenta que en una de sus travesías por Asia, observó como se rompía una figura de buey relleno de semillas para celebrar el Año Nuevo Chino.

Fue él quien llevó la tradición hasta Italia, en donde se adaptó para conmemorar la cuaresma, de ahí se pasó a España y, finalmente, los españoles se encargaron de traerla al Nuevo Mundo y dar un nuevo significado a las piñatas.

Otra de las versiones adjudican el invento de las piñatas a la civilización maya, pues se dice que ellos practicaban un juego con los ojos vendados, el cual consistía en colgar con una cuerda una olla de barro llena de cacao y tratar de romperla.

Otra de las versiones, señala
Otra de las versiones, señala que el origen de las piñatas fue en la civilización maya. EFE/ David Guzmán

Tras la llegada de Hernán Cortés y la conquista de México, las piñatas adquirieron un nuevo significado religioso, el cual utilizaron como recurso para la evangelización. Originalmente se hacía con una olla de barro o cartón y se le añadían siete picos para darle forma de estrella.

Los siete picos simbolizan los siete pecados capitales: la pereza, la gula, la envidia, la ira, la lujuria, la avaricia y la soberbia. El palo que se emplea para pegarle a la piñata y romperla simula la fuerza con la que se destruye el mal, la falsedad y el engaño.

Por su parte, la venda con la que se cubren los ojos representa la fe ciega en Dios, mientras que los colores brillantes y el oropel simbolizan las vanidades del mundo y las tentaciones del demonio.

Las frutas, dulces o juguetes con las que se rellenan las piñatas son la recompensa por vencer al pecado. El significado de las piñatas encajó a la perfección con la temática de las posadas, y con el paso del tiempo, esta tradición se sumó a las fiestas decembrinas.

Cuando se pega a la piñata, se acostumbra cantar mientras una persona intenta romperla. Algunos cantos fueron adquiriendo toques pícaros, motivo por el cual el clero prohibió las piñatas de 1788 a 1796, pero ante el nulo caso que hizo el pueblo feligrés a esta restricción, la Iglesia tuvo que levantar el veto.

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